jueves, 1 de enero de 2009

BIOGRRAFIA DE FERNANDO GONZALES

Fernando González Llort nació en Ciudad de La Habana el 18 de agosto de 1963. Desde muy joven asumió responsabilidades de dirección en las organizaciones estudiantiles de la enseñanza secundaria y en la universidad, así como en la Unión de Jóvenes Comunistas.

Es graduado universitario con Título de Oro en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales. En su etapa de estudiante, recordó su madre, le gustaba ir a fiestas, a la playa con una tienda de campaña, y animaba siempre a los amigos porque "siempre veía las cosas desde un punto de vista positivo y trataba de no atormentarse".

“Fernando es un cubano típico –precisó la madre al pretender caracterizarlo---, no es un ser extraordinario ni súper maravilloso, le gusta jugar pelota, participaba en todos los trabajos voluntarios, es un ser normal, intenta bailar, le gusta la música y prefiere al cantautor cubano Silvio Rodríguez.

En otro momento del encuentro y con vivacidad, Magali Llort Ruiz --madre de Fernando—reveló que su único hijo varón prefiere, por encima de cualquier comida, la yuca con mojo, "desde que se fue nunca más la he cocinado, y no lo voy a hacer hasta que vuelva. Aquí se va a poner yuca en la mesa el día que regrese", aseguró.

Cumplió voluntariamente misión como combatiente internacionalista en la República de Angola, en un batallón de tanques.

En 1988 ingresó en el Partido Comunista de Cuba y a mediados de los años 90 salió de Cuba a cumplir la tarea de salvaguardar la vida de sus compatriotas amenazados por 43 años de agresiones terroristas gestadas desde territorio de Estados Unidos. Reafirmo mi orgullo de ser parte del pueblo cubano y de su Revolución, afirmó Fernando González, en carta a las madres de sus compatriotas, momentos antes de recibir su sentencia de 19 años en el juicio amañado y vengativo que se desarrolló contra cinco heroicos cubanos en Miami.

Durante la vista de sentencia general celebrada en Miami, Fernando se enorgulleció igualmente de haber sido uno de quienes han prevenido a su país de actos terroristas y reiteró que ni él ni sus compañeros nunca conspiraron contra la seguridad nacional de los EE.UU., ni espiaron instalación estatal ni militar alguna de aquella nación.

Es un hombre enamorado de su esposa Rosa Aurora Freijanes Coca, quién destacó, entre las cualidades más reveladoras de Fernando, su lealtad a sus compañeros, a sus amigos, a la Revolución y a sus principios.

FERNANDO VIGILABA A TERRORISTAS

La misión de Fernando González, sentenciado en Miami el 18 de diciembre del 2001 a 19 anos de cárcel bajo cargos de poner en peligro la seguridad de Estados Unidos, era vigilar a un hombre de origen cubano señalado como terrorista por las autoridades de la Isla.

La revelación la hizo el panelista Lázaro Barredo en el programa televisivo Mesa Redonda, que esta tarde analizó la condena impuesta al cuarto de los cinco cubanos juzgados en una corte federal de la ciudad florida.

"Fernando tenia como única misión: vigilar a un conocido terrorista, a Orlando Bosh", apunto Barredo.

Bosh está acusado de ser uno de los autores intelectuales de la voladura en pleno vuelo de un avión comercial cubano en octubre de 1976, que costó la vida a 73 personas. También está implicado en otras acciones contra el gobierno de la Isla, y pese a estar registrado como terrorista en los archivos policiales norteamericanos, se pasea libremente por las calles de Miami, recordaron los panelistas.

En el alegato leído en la corte, poco antes de recibir la sentencia, Fernando González denuncio la complicidad existente entre el gobierno de Estados Unidos y los extremistas anticubanos que actúan contra la Isla.

"Los grupos terroristas de la extrema derecha de Miami fueron creados y entrenados por la CIA", expreso el acusado.

Por ello, aseguro, el pueblo cubano tiene derecho a defenderse, porque hasta ahora el gobierno norteamericano, que es el encargado de hacer cumplir las leyes, ha hecho muy poco, o nada, para detener las actividades contra Cuba.

"Nunca puse en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos, no fue esa mi intención ni la de mis compañeros", afirmo Fernando González en su alegato.

Las vistas de sentencia contra Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Rene González fueron celebradas la semana pasada, y los dos primeros recibieron cadena perpetua, mientras que el tercero pasara 15 anos en prisión. El quinto de los cubanos detenidos en septiembre de 1998, Antonio Guerrero, enfrenta otra condena a perpetuidad más dos sanciones adicionales de 5 años cada una.

El gobierno de Cuba asegura que el grupo sólo se dedicaba a buscar información sobre los planes terroristas de las organizaciones anticubanas radicadas en el sur de la Florida.

Cuba también considera que sus ciudadanos han sido sometidos a un juicio "político y amañado, diseñado para satisfacer la sed de venganza" de los sectores extremistas de la comunidad cubana en el país norteño.

No puede haber dobles raseros, el terrorismo debe ser combatido y eliminado tanto si comete contra un país poderoso como contra una nación pequeña, aseveró González, al defender su actuación dentro del territorio norteamericano.

Los panelistas de la Mesa Redonda denunciaron también lo desmesurado de las sentencias dictadas contra sus cinco compatriotas y la intolerancia política de las organizaciones anticubanas de Miami, que convocaron a una protesta frente a la casa del abogado, Joaquín Méndez, un cubanoamericano que defendió a Fernando González.

ACUSACIÓN

La primera acusación que presentó la fiscalía fue de sólo 9 páginas, donde apenas hay referencias a hechos, y predominan los adjetivos y los calificativos. Fue una maniobra para ganar tiempo hasta que se presenta una segunda acusación, en mayo de 1999, ocho meses después de la detención. Es entonces cuando se presentó el cargo de conspiración para asesinar, basado en la supuesta relación de uno de los acusados, Gerardo, en el derribo de las avionetas que violaron el espacio aéreo cubano en febrero de 1996.

Esta acusación, como se conoce, había sido un tema principal de la mafia terrorista y de las campañas escandalosas e incesantes de la prensa de Miami. Esa segunda acusación cuenta ya con 40 páginas, con cargos para abrir el proceso y está un poco más documentada, en la intención de tipificar las supuestas acciones que se han cometido, pero tiene el regusto del cargo que se ha "cocinado" a fuego lento, durante 8 meses, para complacer a los enemigos de Cuba. Con ello han demostrado de modo inobjetable que se está en presencia de un juicio político, claramente amañado y manipulado.

Existen, en resumen, cinco cargos: El primero, la conspiración, que consiste en un acuerdo para cometer delito contra los Estados Unidos o engañar a ese país.

El segundo cargo es el de espionaje, es decir, recopilar información y trasmitirla. Pero, en ese cargo se da por sentado que se trata de una información que concierna a la seguridad de los Estados Unidos o una pretendida colaboración con un gobierno extranjero en perjuicio de los Estados Unidos.

El tercer cargo se trata de conspiración para cometer asesinato. Es la conspiración premeditada un acuerdo para llevar a cabo deliberadamente la muerte de una o varias personas. Este es el cargo que le imputan a Gerardo por el supuesto delito de conspirar en el derribo de las avionetas.

El cuarto cargo es la falsificación de documentos o hacer declaraciones falsas ante autoridades gubernamentales para obtener documentos.

Y el último cargo, más formal que los otros, el de agente extranjero, consistente en actuar como agente de un gobierno extranjero sin ser diplomático ni comunicarlo al Fiscal General de Estados Unidos. De la forma en que está tipificado el delito en el Código Penal norteamericano el delito no está en ser agente extranjero, sino en ser un agente extranjero sin estar identificado.

LA SANCIÓN

Fernando González fue sentenciado el 18 de diciembre del 2001, en Miami, a 19 años de cárcel, bajo cargos de poner en peligro la seguridad de Estados Unidos, pero su misión era vigilar a un hombre de origen cubano, Orlando Bosh, acusado de terrorista y fichado como tal por las autoridades norteamericanas.

Un tribunal federal de La Florida condenó el 14 de diciembre del 2001 a 15 años de privación de libertad a René González, uno de los cinco cubanos detenidos en Estados Unidos, acusados de poner en peligro la seguridad nacional de este país.

Esa semana la misma jueza, Joan Lenard, impuso condenas a cadenas perpetuas a Gerardo Hernández y Ramón Labañino, inculpados de intentar penetrar instalaciones militares estadounidenses y de infiltrarse en grupos anticubanos radicados en la ciudad de Miami.

Antonio Guerrero recibió también condena de cadena perpetua y otras dos adicionales de cinco años de reclusión cada una, y René González, otro de los cinco cubanos detenidos en Estados Unidos, acusados de poner en peligro la seguridad nacional de este país, fue sentenciado a 10 años porque, según la Fiscalía, no se inscribió como agente de una potencia extranjera en Estados Unidos, y a cinco más por conspiración para espiar.

El Gobierno cubano sostiene que esas cinco personas sólo recopilaban información para evitar actos terroristas que desde territorio norteamericano planean y ejecutan contra Cuba grupos anticubanos radicados en Miami, y en ese sentido califica a los sancionados de patriotas y luchadores contra el terrorismo.

Cuba sostiene que estas vistas de sentencia fueron manipuladas e influenciadas por la extrema derecha cubano-norteamericana y calificó el proceso de "amañado, desinformado y efectuado bajo colosal presión".

Una nota oficial leída en la televisión cubana denunció que la "danza de la venganza y de la ignominia se está ejecutando en Miami, dos valerosos patriotas cubanos, Gerardo Hernández y Ramón Labañino, han sido condenados a cadena perpetua por el grave delito de proteger a su pueblo de la muerte".

LA PRISIÓN

Fernando González cumple su condena de 19 años de cárcel en una prisión de Minnesota, alejado con toda intención del resto de sus compañeros, como si la distancia física pudiese destruir la unión entre personas cuyo vínculo fundamental son sus ideas y patriotismo comunes.

Durante un panel en la televisión cubana, los participantes contrastaron las condiciones de encierro de este luchador contra el terrorismo con las lujosas cárceles en que terroristas probados y confesos, como el anticubano Luis Posada Carriles, reciben en Panamá la visita de sus amigos mafiosos de Miami y donde elucubran con ellos nuevas actos de terror contra Cuba.

Los cinco jóvenes cubanos condenados en Miami fueron trasladados primero, bajo severa custodia, a prisiones de Atlanta y Oklahoma, y de allí llevados a sus definitivos centros penitenciarios en cinco diferentes y distantes Estados.

"Fuertemente esposados, desabrigados en medio de un intenso frió, sedientos y hambrientos durante el traslado y después sometidos a las duras condiciones del hueco (celdas de aislamiento), nuestros cinco héroes permanecen con la moral alta y su honor intacto. Nada podrá doblegarlos", afirmó el periodista Randy Alonso, moderador del panel informativo trasmitido por la Televisión Cubana.

El presidente Fidel Castro aseguró el 23 de junio del 2001 que esos cinco cubanos encarcelados en Estados Unidos son presos políticos.

0 comentarios:

Archive