lunes, 15 de junio de 2009

Correa incumple ofrecimiento de no pagar deuda ilegítima

Los pueblos del Ecuador entusiastamente respaldaron el informe de la auditoria a la deuda externa y luego la decisión gubernamental de no pagar la deuda ilegitima. Más allá de cualquier dificultad se trataba de hacernos respetar. Correa ha vuelto a desairar a quienes lo eligieron.
Ecuador, en el 2008, inició una auditoria a su deuda externa pública que despertó muchísimo interés del mundo por varias razones entre las que destacan dos: era la primera vez que un país, con una decisión al más alto nivel, tomaba esta acción; y, segunda, fue una demostración de ejercicio de soberanía que daba ejemplo al mundo entero.

Los resultados de la auditoria, expuestos con bombos y platillos, fueron aún más alagadores para los pueblos que siempre aquí y allá cuestionaron y estuvieron en desacuerdo con los procesos de endeudamiento. Sí, la auditoria confirmó que los gigantescos recursos recibidos no sirvieron para el desarrollo nacional, sino para el enriquecimiento de ciertos grupos, para profundizar la dependencia, convirtiendo al país en exportador de capitales. Algo que siempre se había dicho, pero con la gran diferencia que ahora se lo exponía después de revisar miles de documentos oficiales y se tomaba posición desde el propio gobierno.

Pero lo más impactante fue el calificativo que la comisión investigadora dio, por lo menos a un tramo de esa deuda: ilegal e ilegítima. Calificativo que lo recogió el gobierno, sosteniendo que no le temblará la mano para adoptar los correctivos, sancionar a los culpables y no pagarla.

La deuda calificada de esa manera fueron los bonos Global, que en su momento se la renegoció poniéndose como plazos de vencimiento los años 2012 y 2030. De ello deviene el nombre con el que se los conoce. Los bonos Global suman $3 230 millones: $510 millones corresponden a los 2012, y $2 710 a los bonos 2030. El monto equivale a un tercio de la deuda externa ecuatoriana de $10 062 millones, que representa un 19,7% del PIB.

Correspondía impugnar esa deuda, sin embargo se ha tomado la decisión recomprar la deuda a un valor por debajo del nominal. El proceso inició, según el gobierno los tenedores de papeles han respondido de buen ánimo pues ya se estaría realizando la recompra al 35% de su valor nominal.

Tratando de rescatar lo positivo se podría pensar que el gobierno intenta reducir en su número y desarmar en su posición a los tenedores de esos papeles para luego, con los que queden, establecer el proceso legal. Alguien más elucubra en el sentido de creer que el proceso de negar esa deuda traería consigo demasiados problemas al país. Otros muchos piensan que la declaratoria de ilegitimidad y la posterior decisión de no pagar los intereses fue un mecanismo de manipulación del mercado para reducir el valor de esos documentos, lo que estaría vinculado con el hecho que el anuncio de no pago hizo que los papeles bajen su valor en el mercado al 17%, situación que sería aprovechada por varios especuladores, algunos de ellos funcionarios del gobierno, que ahora se estarían beneficiando al vender esos papeles al 35%. Muchos comentarios que la propia acción errática del gobierno ha generado.

Pero algo sí está claro. Al gobierno se le olvidó el concepto de soberanía, la defensa de las decisiones ecuatorianas, la exigencia del respeto al país.

Desde esta visión, entonces, no se trata de pagar menos o más del valor nominal de los bonos, no se trata tampoco de aprovechar los millones que tiene el fisco para comprar los papeles a la baja, se trata de hacer respetar al país, esto que parecía que el gobierno lo tenía bien claro y lo demostró con el caso de Angostura, al parecer ahora se olvidó.

Se trata de defender principios y a estos se los defiende frente a cualquier adversidad, aún a costa de perder; aunque las circunstancias, tal como las presentó la auditoria, más bien presentaban un panorama ganador.

A la soberanía no se la compra, ni se la vende. Este que fue un espacio donde se pudo recuperar el orgullo nacional, la soberanía ecuatoriana y a la vez dejar precedentes para que nunca más nadie intente mancillar a nuestra patria, ahora queda debajo del tapete. El gobierno está dando un viraje peligroso en su política económica.

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