Comunicado a la opinión pública de ASFAMIPAZ
Las familias de policías y soldados secuestrados por la guerrilla de las FARC que trabajamos colectivamente en ASFAMIPAZ, manifestamos nuestra profunda indignación con los hechos ocurridos en las últimas horas, nos cercena la vida saber que hemos esperado 14, 13 y 12 años que tanto Gobierno como la guerrilla de las FARC decidieran un paso político y acorde a las necesidades de un mundo más humano, pero tenemos que decir con profunda tristeza, que nos han masacrado la esperanza de estos interminables años. El Gobierno del Presidente Santos irrespetó la postura de las familias de no hacer un rescate a sangre y fuego, que solo tiene como consecuencia la indignante noticia que cuatro o cinco de nuestros seres amados han sido asesinados en un irresponsable operativo militar.
Rechazamos la postura intransigente de la guerrilla de las FARC que no ha querido, al igual que el Gobierno, ceder un ápice para que esta tragedia no ocurriera, nos duelen nuestros hijos muertos, pero no solo los han matado a ellos sino nuestras ilusiones de volverlos a ver y a abrazar VIVOS Y LIBRES, han invalidado la incansable lucha de madres, padres, hijos y familiares, a quienes nos han desposeído del derecho a tenerlos con vida.
Hemos esperado más de un año para reunirnos con el presidente Juan Manuel Santos y dejar una evidencia de nuestra oposición absoluta al rescate a Sangre y Fuego, bajo ningún pretexto aceptamos ni aceptaremos que nuestros sobrevivientes sean sometidos a la ruleta de la muerte, reiteramos los esperamos vivos y libres, ni las banderas, ni los honores militares nos lo devolverán jamás.
Las familias expresamos al Gobierno Nacional y a la Guerrilla de las FARC que rechazamos los operativos militares y la irracional postura de asesinarlos a sangre fría, en esta guerra fratricida, nuestros hijos y familiares no pueden seguir siendo los sacrificados, queremos que se busquen las salidas que los devuelvan con vida como los hemos esperado 14, 13 y 12 años.
Sí en Colombia se habla de vida como derecho, es este el que justamente estamos defendiendo.
Bogotá .D. C, 26 de noviembre de 2011.
FAMILIAS ASFAMIPAZ
Colombianos y colombianas por la Paz revela carta de las FARC
El colectivo Colombianos y Colombianas por la Paz divulgó la carta que recibieron de Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) el viernes 25 de noviembre, un día antes de que fueron asesinados cuatro rehenes.
Con esta misiva, respondían a un mensaje enviado en agosto pasado por la líder de Colombianos y Colombianas por la Paz, la exsenadora liberal Piedad Córdoba, junto con un nutrido grupo de mujeres activistas de renombre internacional, en la que les pedían un gesto humanitario.
En la página web, el colectivo adjunta la "carta abierta" que el Secretariado de las FARC (órgano de mando) dedica a las "amigas de la paz y de la solución política de los conflictos".
"Aferrados a la esperanza de que la liberación de prisioneros de guerra, como resultado de un acuerdo entre las partes contendientes, puede encauzar a la nación hacia el raudal de la solución política, respondemos hoy a su misiva de agosto", arrancaba el mensaje.
En el texto, la guerrilla reiteraba su disposición "de dialogar con el Estado, de cara al país, con miras a un futuro de paz".
Sin embargo, reivindicaba atención para cerca de 800 guerrilleros presos y "unos 7500 ciudadanos encarcelados por sus ideas" y recopilaba las liberaciones unilaterales que la organización ha venido propiciando desde el Gobierno del expresidente Ernesto Samper (1994-1998).
Asimismo, solicitaban que se considerara "como asunto crucial (...) el estudio de fórmulas que permitan la repatriación y liberación de 'Simón Trinidad', 'Sonia' e 'Iván Vargas', guerrilleros de las FARC prisioneros del imperio, extraditados a los Estados Unidos por el rencor y la retaliación de un expresidente desquiciado", en alusión, aclaraban, a Álvaro Uribe (2002-2010).
Por último, la carta concluía: "Como un nuevo acto humanitario que respalda esta carta, anunciamos la liberación de 6 prisioneros de los que permanecen en nuestro poder, los cuales serán entregados a las firmantes de la misiva que hoy respondemos", y detallaba que a la cabeza de dicho proceso estaría Córdoba.
Además, indicaba que "esta fue la determinación" del ex máximo líder de las FARC, "Alfonso Cano" días antes de "ser asesinado por el régimen guerrerista y sanguinario de (el presidente) Juan Manuel Santos" el pasado 4 de noviembre, en combates que siguieron a un bombardeo sobre un área del suroeste de Colombia.
Tras la muerte en combate de Guillermo León Sáenz, verdadero nombre del alias "Alfonso Cano", las FARC quedaron en manos de Rodrigo Londoño Echeverri, alias"Timochenko" o "Timoleón Jiménez", que en un mensaje a Santos defendía la robustez de la organización.
Aunque Santos ha venido hablando durante la última semana de su disposición al diálogo con la guerrilla, condicionada a una muestra "humanitaria" por su parte, el jueves anunció que el Gobierno ultimaba una nueva estrategia militar para acabar con "los violentos" que haría pública el fin de semana.
El sábado irrumpió la noticia del fusilamiento por guerrilleros del sargento mayor del Ejército José Libio Martínez Estrada y los integrantes de la Policía Nacional: el coronel Édgar Yesid Duarte, el mayor Elkin Hernández Rivas y el intendente jefe Álvaro Moreno, hechos que ocurrieron, según admitió el Gobierno, en el marco de una operación militar.
Un quinto secuestrado, el suboficial de la Policía Luis Alberto Erazo Maya, logró escapar de los disparos guerrilleros y volver a la libertad tras más de doce años de cautiverio.
Bogotá
Unir y movilizar por la solución política del conflicto
Agencia Prensa Rural
La V Asamblea de trabajadores y trabajadoras por la paz reunida en Bogotá durante los días 24 al 26 de Noviembre 2011, con la presencia de representaciones sindicales y sociales de todo el país, deliberó activamente alrededor de Solución política del conflicto y los acuerdos humanitarios, los impactos de la prosperidad democrática, la paraeconomia y el Genocidio del movimiento sindical.
En Colombia se impuso la idea según la cual la democracia y la paz serían posibles a través de la llamada Política de “Seguridad Democrática”, lo cual condujo a la militarización de la sociedad y a una práctica institucional abiertamente criminal. En virtud de ella fue impuesto el ejercicio autoritario del poder en desmedro de las formas democráticas.
A pesar de la apariencia conciliadora inicialmente mostrada por Santos, se ha ido desnudando su política radical de tierra arrasada. En vez de “la llave de la paz” lo que ha operado hasta ahora es el cerrojo de la Guerra. La decisión del presidente Santos es persistir en un desenlace militar del conflicto interno en lugar de una solución pacífica, vía del diálogo y la negociación; insiste en las mismas condiciones y exigencias a la guerrilla, sin aportar la voluntad oficial en esa dirección, cuando buena parte de la degradación del conflicto también es atribuible al Estado cuya naturaleza violenta es evidente. Estamos convencidos que la salida política negociada al conflicto social y armado interno exige reconocimiento político de las partes y gestos recíprocos.
Estamos frente a un escalamiento de la guerra y el reencauche del Plan Colombia. La obsesión oficial es la victoria militar, entendida como decapitación de la insurgencia que exhibe el triunfalismo como argumento de legitimidad. Al mismo tiempo que se crea una “Agencia para la Defensa Jurídica del Estado, cuyo fin es afirmar la impunidad, y se otorgan nuevas concesiones al militarismo como el restablecimiento del fuero militar en la ley de reforma a la justicia. Se desata una persecución política a quienes trabajan por la paz, los derechos humanos y contra las organizaciones populares y de oposición.
La asamblea rechaza la aleve agresión del gobierno al Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo y exige garantías para el trabajo de las organizaciones de derechos humanos. Nos mostramos alarmados por el hecho de que durante el gobierno del Presidente Santos han sido asesinados 100 líderes sociales, entre ellos reclamantes de tierras y 23 sindicalistas.
Ahora el establecimiento gestiona un marco jurídico para la paz, con la pretensión de un sometimiento de la insurgencia a la justicia, proyecto en el cual seguramente cabrían posibles indultos a militares responsables de crímenes de lesa humanidad y favorabilidades de penas a parapolíticos y altos funcionarios involucrados en delitos de Estado.
Se aprobó recientemente en el Congreso la ley de víctimas y restitución de tierras, medida que en general no satisface las expectativas de las víctimas, porque no se reconoce la responsabilidad del Estado de los crímenes de lesa humanidad y, sobre todo, porque es una ley cuyo desarrollo se pretende en medio del conflicto y con la permanencia del fenómeno paramilitar. El campesinado colombiano viene reclamando de tiempo atrás una reforma agraria democrática. Una perspectiva de paz cierta pasa por modificar la tenencia y la concentración de su propiedad en pocas manos.
Durante los últimos meses hay positivos gestos de voluntad política y humanitaria de las FARC y el ELN en que se reitera la disposición de diálogo y de lograr la paz.
Con las movilizaciones recientes como la Marcha Patriótica, el Congreso de los Pueblos, el Encuentro de Comunidades campesinas, indígenas y afros de Barrancabermeja y el reciente Congreso por tierra y territorio de Cali cobra nueva fuerza la iniciativa por la paz desde la propia base popular. Saludamos la articulación de diversas expresiones organizativas y de movilización en Comosocol. Las luchas de los obreros petroleros, palmeros, mineros, del magisterio señalan un nuevo momento en la idea de enfrentar la nueva esclavitud del siglo XXI, Las multitudinarias marchas de la juventud estudiantil demuestran que algo está cambiando en el espíritu de presencia de los jóvenes con su inteligente modo de neutralizar la provocación policial y ejercitar nuevos métodos de acción. Nuestro llamado urgente a todas estas dinámicas sociales es que confluyamos en un solo torrente por la solución política del conflicto y las transformaciones reclamadas por la sociedad.
La V Asamblea de trabajadores y trabajadoras por la Paz le propone al país:
Levantar con fuerza la política de paz democrática y un diálogo entre las partes enfrentadas que debe empezar por la voluntad de estas para abordar un proceso de paz, concretar compromisos humanitarios para la liberación de los rehenes y de los 8 mil presos políticos hacinados en las cárceles del país e iniciar conversaciones con un cese bilateral del fuego. Es indispensable que haya un verdadero diálogo sin condiciones para la negociación en el objetivo de una paz digna para los insurgentes. Exigimos al Gobierno renunciar a la idea de la paz de los vencidos y encaminarse por un diálogo útil y constructivo. Proponemos retomar los mecanismos de facilitación nacional o internacional, que incidan positivamente, para los acercamientos, el mantenimientos de los contactos y el dialogo. En procesos anteriores el acompañamiento internacional ha sido positivo.
Sugerimos retomar las agendas de los anteriores procesos con las Farc y el ELN ajustándolas a las actuales realidades y posibilidades, enriqueciéndolas con las propuestas de los diferentes sectores sociales. Sería importante propiciar una gran Coalición de las Iniciativas de Paz para una Campaña Nacional por la solución política negociada y las reformas que plasmen en la realidad una verdadera justicia social y la democratización real del país.
Una política de paz debe avanzar a una reforma agraria democrática, una política minera y de hidrocarburos soberana y que beneficie el interés colectivo del país. Una ley de verdad, justicia y reparación auténtica, la eliminación de normas represivas como el estatuto de seguridad ciudadana y reconocer los derechos y libertades de los trabajadores y la oposición; Rescatar los recursos del presupuesto que se desviaron hacia la guerra para que fortalezcan la educación pública y la salud de los colombianos. Develar el entramado de las empresas nacionales y multinacionales con los crímenes del paramilitarismo. el desmantelamiento inmediato de los aparatos criminales de la ultraderecha y las medidas que permitan cambiar las costumbres políticas impuestas por el régimen a lo largo de tantos años y dar paso a una democracia avanzada. Esta V Asamblea le deja planteado al país que nos encontremos de nuevo en un solo escenario unitario de la nacionalidad y en la movilización social que va tejiendo ideas y propuestas articuladas en la construcción de caminos de diálogo y paz con justicia para vivir dignamente.
¿Por qué creer la versión de un régimen culpable de 3.200 asesinatos de civiles?
Sólo tenemos las informaciones de los militares: no hay una investigación seria. ¿qué credibilidad tiene un régimen capaz de raptar a niños de Soacha para asesinarlos y presentar sus cadáveres como "guerrilleros abatidos en combate"?
Es triste. El estado colombiano eligió la opción de guerra, el 'rescate' a sangre y fuego, en vez de la opción de paz que es el intercambio de presos.
Por Colectivo por la Paz con Justicia Social
1. Nadie sabe lo que pasó en esa selva: No tenemos por qué creer la versión de un régimen culpable de más de 3.200 asesinatos de civiles en los 'falsos positivos' y sus mentiras correlativas.
Sobre los presos de guerra que murieron en una operación del ejército que el estado llama "operación de rescate" y en las que casi siempre resultan varios muertos, operaciones contra las cuales están los mismos familiares de los presos por considerarlas peligrosas. Pero el gobierno igual hace estas operaciones sanguinarias en vez de hacer un intercambio humanitario de presos.
Acerca de la muerte de 4 soldados el sábado 26 de noviembre 2011 en una operación de rescateefectuada por el ejército colombiano en el sur de Colombia, en zona selvática:
Sólo tenemos las informaciones de los militares: no hay una investigación seria. Nadie sabe lo que pasó en esa selva, y es aconsejable usar la prudencia dado que el martilleo mediático nos lleva hacia conclusiones apresuradas: no tenemos por qué creer la versión del generalato de un régimen culpable de más de 3.200 asesinatos de niños y jóvenes en los macabros 'falsos positivos'.
La verdad se sabrá con el tiempo, con mucho tiempo probablemente. Cabe la duda y preguntarse si no es factible que los haya ejecutado el mismo régimen a quién le interesaban más muertos para su macabra propaganda contra la insurgencia, que vivos.
Y no sería la primera vez que el régimen asesina para hacer sus montajes (recordar la llamada"retoma del palacio de justicia", en la que los militares asesinaron a magistrados y guerrilleros del M19, y luego mintieron sobre sus muertes: tras decenas de años se destapa la infamia). Es importante tener presente el modus operandi del ejército en la atrocidad que cometieron cuando lo del palacio de Justicia, que asesinaron a quién pudieron, y se llevaron a gente viva herida que luego torturaron y desaparecieron: entre los desaparecidos están magistrados, guerrilleros y hasta personal de la cafetería.
Es triste la muerte de los soldados presos de guerra, la de los guerrilleros, la del pueblo colombiano. El estado colombiano eligió la opción de guerra, el 'rescate' a sangre y fuego, en vez de la opción de paz que es el intercambio de presos. Con la opción de paz se hubiera logrado liberar a los presos de guerra que hoy están muertos, y también, en intercambio, a presos de guerra guerrilleros que hoy están el las mazmorras de Colombia, muchos de ellos enfermos terminales. Y con la opción de paz del intercambio sí se hubiera sabido qué pasó, porque se hubiera acordado un espacio determinado, con observadores nacionales e internacionales, haciendo las cosas de manera sensata y humanitaria. La opción de guerra deja todo lleno de dolor, de muerte y de oscurantismo, porque no hay manera de saber qué pasó en la selva sino por las versiones de los militares: y para ser justos no podemos tomar esas versiones como dignas de credibilidad pues es la versión de un bando en guerra, además de un ejército que para hacer la guerra sucia sicológica con la exhibición de cadáveres reales, no ha tenido escrúpulos en asesinar para ello a civiles y presentarlos como"abatidos en combate".
¿qué credibilidad tiene un régimen capaz de raptar a los niños de Soacha para luego asesinarlos y presentar sus cadáveres como "guerrilleros abatidos en combate"?
Luego de emitir este cuestionamiento en forma de duda esencial para el tratamiento de la información y de la realidad, emitir otro cuestionamiento, este sí ya no como una duda sino como un reclamo a ser correctos en los términos y las categorías conceptuales, ya que por algo existe un DIH que contempla dichas categorías.
2. Los militares, policías y soldados NO son secuestrados, son Presos de Guerra: existe el DIH que los reconoce como tales y que contempla un INTERCAMBIO HUMANITARIO para que salgan libres en intercambio de los Presos de Guerra insurgentes:
Pero es el Estado colombiano el que se niega al INTERCAMBIO Humanitario.
Mientras el estado colombiano se niega a un intercambio humanitario, demostrando que no le importan nada los soldados que han peleado en su ejército funcional al gran capital, porque los trata como carne de cañón negándose una y otra vez al INTERCAMBIO de presos; la guerrilla no ha cesado de hacer liberaciones unilaterales.
La opción del intercambio sí es la opción de paz, es la opción humanitaria contemplada en el mismo DIH; pero el estado se niega.
En el Caguán y subsiguientes oportunidades las FARC liberaron más de 300 (trescientos) presos de guerra en su poder; mientras que el régimen no libera a los presos políticos y de guerra.
¿Si tanto les importa la vida humana a los generales y oligarcas que nunca van a la guerra ellos mismos, si tanto les importa la vida de los soldados (como muestran en la propaganda), por qué se niegan a intercambiarlos por presos políticos? ¿O es que no les importan, en realidad, a los generales esos soldados?Esos soldados son muchachos del pueblo que en cambio sí nos duelen a las y los colombianos que queremos la paz, al igual que también nos duelen los guerrilleros y guerrilleras muertos, y los apresados, porque cualquier defensor de derechos humanos sabe que las cárceles colombianas son centros de tortura, en las que el estado colombiano practica el homicidio de presos a tal punto que los asesina por tortura, golpizas, denegación de asistencia médica.
En el operativo fue apresada una guerrillera, y en el 99% de los medios y pronunciamientos eso no es noticia, mucho menos tragedia: cuando sí que los es, ¿porque qué suerte le espera en esas cárceles insalubres y concentracionarias?
3. Necesarios planteamientos y pasos para lograr la paz
A los que queremos la paz para Colombia, una paz con Justicia Social, nos duelen todas y todos los hijos del pueblo: nos duelen las y los guerrilleros muertos o presos, nos duelen los soldados muertos y también los presos de guerra. Claro que sí. Por eso lo primero es presionar al estado para que por fin acepte el intercambio humanitario de presos.
Luego es imprescindible que se estudie y contemple la raíz de la guerra: porque la única posibilidad de paz real que tiene Colombia, pasa por entender que la raíz de la guerra es la desigualdad social, el despojo permanente a que son sometidos los campesinos colombianos, la represión e intolerancia política con que el estado colombiano busca eliminar la reivindicación social, que es tan atroz que llega al punto de instaurar el terrorismo de estado con el empleo de la herramienta paramilitar. A partir de la comprensión del problema en su totalidad debemos buscar soluciones reales como: reforma agraria, cesación de la entrega del país a las multinacionales, impulso de la soberanía alimentaria, cese de la ocupación estadounidense de Colombia, cese del despojo que perpetran multinacionales y latifundio, cese del saqueo y su correlativo empobrecimiento, redistribución de la riqueza, cambios estructurales que necesita el 3er país más desigual del mundo (Coeficiente GINI después de Haití), y nunca la solución del exterminio que prona Santos y los aúlicos de exterminar al pueblo constituído en insurgencia.
4. Con relación a la negación del régimen colombiano de entrar a un intercambio de presos de guerra:
Podría decirse que lo que ha hecho el estado es asesinar a estos soldados; porque ha preferido dejarlos en la selva a soltar a los presos políticos y de guerra. Es más, el régimen colombiano ha enviado a 3 guerrilleros a Estados Unidos: Simón Trinidad, Sonia y otro preso parte de las FARC. Lo cual es una inhumanidad total porque los priva de ver a sus familiares de por vida, y los entrega a jueces de otro país. Es criminal esa actitud entreguista y necia del estado. Así que no sólo está el tema de que el régimen no ha soltado a los presos en un intercambio humanitario, sino que además ha enviado presos a Estados Unidos.
Las FARC han soltado a más de 300 presos de guerra en los últimos años, el estado a uno solo: ¿acaso eso es un 'intercambio humanitario' real o justo? ¿Quién es entonces el que no tiene voluntad, las FARC que liberan a 300 presos o el régimen que se niega al intercambio de presos?
5. Secuestros carcelarios y desapariciones forzadas: hay miles de seres humanos secuestrados realmente de los que los mass-media nunca hablan
Por otro lado, ya que la propaganda habla de 'SECUESTRADOS', vamos a poner los puntos sobre las íes, y decir quiénes realmente están secuestrados en Colombia:
Que el estado colombiano libere a los más de 7.500 presos políticos encarcelados bajo Montajes Judiciales. Esos sí que están secuestrados. Son la mayoría civiles (más del 90%) secuestrados por el estado bajo montajes burdos con testigos pagados (paramilitares del ejército que sirven para enjaular a los opositores políticos), con falsas 'pruebas' de computadores mágicos, o incluso durante años sin pruebas, como es el caso actualmente de la socióloga Liliany Obando que lleva más de 3 años encarcelada ilegalmente, sin prueba alguna. O como fue el caso del profesor Miguel Ángel Beltrán que pasó años preso sin pruebas, dado que las "pruebas" que el régimen aducía en su contra eran sus escritos académicos sobre la realidad colombiana, en una evidente persecución al pensamiento crítico y a las ciencias sociales. Igualmente el periodista Joaquín Pérez Becerra, entregado ilegalmente por Venezuela, está preso sin pruebas ahora mismo, dado que la misma Corte Suprema declaró nulidad de los "computadores mágicos". Sin pruebas, Pérez Becerra está hoy secuestrado por el estado colombiano, como miles más de presos políticos.
Asimismo las víctimas y familiares, la sociedad vulnerada por estos crímenes de estado, pedimos que el Estado colombiano libere a los más de 62.000 DETENIDOS DESAPARECIDOS (ONU reconoció 57.200 desaparecidos, Comisión de búsqueda 62.000 desaparecidos en agosto 2011): estos son secuestrados, torturados y desaparecidos, porque no se sabe su paradero.
Que el estado diga: ¿DÓNDE ESTÁN? ¿dónde los enterró? ¿Dónde los SIGUE enterrando? ¿Dónde se sigue llevando cada semana a los opositores políticos el régimen de Colombia? Porque cada semana desaparecen varios opositores políticos en Colombia: estudiantes, ambientalistas, sindicalistas, maestros, campesinos... todos desaparecidos por la herramienta paramilitar del régimen y la fuerza pública.
Ya basta de tanta falsimedia, hablemos claro, si quieren hablar de "secuestro en Colombia"hablemos claro, es el estado colombiano y su herramienta paramilitar el que hace del secuestro una práctica sistemática: queremos de vuelta a los desaparecidos y a los presos políticos, que el estado los libere, y que cese los secuestros carcelarios y las desapariciones forzadas.
6. Conclusión
Tenemos que trabajar para lograr la Paz en Colombia, y en esa palabra de tres letras caben los sueños de un pueblo, porque la paz verdadera es la Paz con Justicia Social, es decir una Paz que no sea la Pax Romana que pretende Santos o el imperio estadounidense y sus aliados. El pueblo colombiano necesita una verdadera paz, no una paz cosmética en la que la miseria seguirá asesinando a más de 20.000 niños menores de 5 años anualmente, muertos por falta de agua potable en el 4to país con más riqueza hídrica del mundo.
No puede ser que aceptemos que un puñado de familias y de multinacionales acaparen todas las riquezas del país, mientras el pueblo sufre despojo, desplazamiento forzado, miseria, desnutrición, condiciones indignas de vida. No puede ser que aceptemos que las multinacionales destruyan montañas enteras envenenando la fauna, la fora y los habitantes humanos, solo para que se enriquezcan unos empresarios del oro, unos banqueros de la muerte. No es aceptable que el pueblo colombiano no tenga educación gratuita y de calidad, que no tenga acceso a la salud y se mueran miles de seres humanos anualmente sin poder entrar siquiera a un hospital porque no los admiten por no tener la "cuota para el ingreso": eso es guerra social y económica, y es acabando con esa guerra social y económica que el conflicto social y armado empieza a solucionarse.
Lo que no es aceptable es que haya miles de muchachitos de 18 años que tengan que sacrificarse entrando al ejército colombiano, solo porque es la única manera que tienen de que alguno de sus hermanos obtenga una beca de estudios para la secundaria, o que su madre pueda ser admitida en un hospital, porque eso hace el estado colombiano: cambia lo que debería ser un derecho del pueblo (salud, educación) a cambio de vidas humanas. Y eso no es aceptable. De esta forma se mantiene el régimen colombiano y se mantiene un status quo de saqueo y empobrecimiento: la población es empobrecida hasta la médula y para aceder a los derechos básicos muchos no tienen otra opción que enviar a sus hijos al ejército que cuida a las multinacionales. Porque eso hace el ejército colombiano: cuidar los intereses de una minoría oligárquica y multinacional (hoy cuidando a la multinacional Pacific Rubiales, a la Drummond, a la Gold Mines, a la Medoro, a la Oxy, a la Repsol, etc), mientras que los hijos de los oligarcas nunca hacen ni el servicio militar, porque pagan. Y luego, en el campo insurgente hay miles de muchachos y muchachas que se van a la guerrilla cansados de la injusticia social, de la explotación, de la represión atroz; que luchan para cambiar las cosas, luchan contra un imperio, porque hoy en día son los bombarderos y la tecnología de EEUU la que enfrentan. Son muchos los jóvenes que se clandestinizan e ingresan a la guerrilla empujados por la brutal represión que ejerce el régimen colombiano contra la oposición política: ese es un factor fundamental que no puede ser ignorado.
Esta represión descarnada contra la reivindicación social y política es digna de las peores dictaduras, y se traduce en que el 60% de los sindicalistas asesinados en el mundo son asesinados en Colombia por la fuerza pública y la herramienta paramilitar del régimen y multinacionales. Hay una cifra dantesca de presos políticos, una realidad dantesca del crimen de estado de la desaparición forzada: todo en Colombia huele a represión, la universidades están militarizadas, las oficinas de sindicatos y de defensores de DDHH tienen puertas blindadas, los abogados de presos políticos viven en el miedo atroz, al menos la mitad del país sufre cruentos bloqueos económicos que hace el ejército impidiendo entrada y salida de víveres, entrada de medicinas, causando la muerte de miles de personas por carencia de medicinas. La lista de la guerra represiva del estado contra la población civil es interminable; la guerra no es sólo contra el pueblo insurgente, en Colombia hay terrorismo de estado ejercido directamente contra la población civil.
Hay una guerra en Colombia, hay terror de estado en Colombia contra la población civil, hay dolor, injusticia y muerte; tenemos que buscar la paz: porque nos duelen los muertos, porque nos duelen los presos, porque nos duele la injusticia social que está a la raíz de la guerra.
Asesinados cuatro militares secuestrados desde hace más de una década
El crimen fue realizado la mañana de este sábado durante el transcurso de un fallido operativo de rescate que se adelanto en una zona selvática y limítrofe entre los departamentos de Caquetá y Putumayo. Según reporto Juan Carlos Pinzón, Ministro de Defensa colombiano, "Esta mañana fueron asesinados cuatro secuestrados de la fuerza pública. Nos duele en el alma, nos duele por sus familias", señalando que “Esta mañana, luego de haber encontrado huellas las tropas se aproximaron y entraron en combate minutos después, y luego de hacer el registro se encontraron en un punto concentrados cuatro cadáveres, cuatro personas asesinadas”.
Los cadáveres fueron encontrados, según las autoridades, con “tiros de gracia”, tres de ellos en la cabeza y el cuarto en la espalda.
Las víctimas del execrable crimen fueron el sargento del Ejército Libio José Martínez, el coronel de la Policía Édgar Yesid Duarte, el mayor de la Policía Elkín Hernández Rivas y el subintendente de la Policía Álvaro Moreno, quienes llevaban en poder del grupo insurgente entre doce y trece años.
Un cuarto secuestrado, el sargento Primero de la Policía, Luis Alberto Erazo Maya, fue encontrado ileso por los efectivos militares. Erazo Maya, al parecer aprovecho la confusión generada en torno al enfrentamiento entre el grupo guerrillero y las fuerzas militares colombianas, para escapar de sus captores internándose en la selva, donde fue encontrado posteriormente.
“En el momento en que se escucharon los primeros disparos, el sargento Erazo tomó la decisión de salir corriendo y se internó en la selva”, confirmo a los medios locales el Ministro de Defensa.
Luis Alberto Erazo Maya, fue secuestrado por las FARC el 9 de diciembre de 1999, siendo Sargento Segundo en Curillo, Caquetá, y luego de huir fue perseguido por tres guerrilleros logrando escapar y ocultarse y “Hacia las 6:40 de la tarde escuchó algunas motosierras que estaban abriendo espacio para que pudieran aterrizar los helicópteros con el personal del CTI. Él se aproximó hacia las tropas y ya se encuentra con ellas”, informo Juan Carlos Pinzón. Erazo Maya fue así, el único sobreviviente de la matanza del grupo de secuestrados, presentando tan solo unas cuantas heridas leves en su rostro.
El Presidente Juan Manuel Santos Calderón, efectuó declaraciones sobre la tragedia ocurrida durante el operativo de rescate y califico a las víctimas como “héroes de la patria” que “llevaban entre 12 y 13 años secuestrados y terminaron vilmente asesinados”.
Santos Calderón, presento sus condolencias a los familiares de los militares y policías asesinados y a las Fuerzas Armadas, e indico que “es una demostración más de la sevicia y crueldad de las Farc”.
Precisamente, uno de los secuestrados muertos, el sargento Libio José Martínez, llevaba 14 años en poder de las FARC y era uno de los rehenes más antiguos, y, al igual que todos sus compañeros de tragedia, fue mantenido alejado de su familia, no conoció a su hijo, hoy adolescente, y quien lamenta la muerte de un padre al que solo recuerda como una víctima más de uno de los crímenes horrendos que, sumado a las desapariciones forzadas y masacres atribuidas a los grupos paramilitares y las ejecuciones extrajudiciales conocidas como “falsos positivos” realizadas por algunos miembros del ejército, enlutan a Colombia desde hace varias décadas.
Los cadáveres fueron encontrados, según las autoridades, con “tiros de gracia”, tres de ellos en la cabeza y el cuarto en la espalda.
Las víctimas del execrable crimen fueron el sargento del Ejército Libio José Martínez, el coronel de la Policía Édgar Yesid Duarte, el mayor de la Policía Elkín Hernández Rivas y el subintendente de la Policía Álvaro Moreno, quienes llevaban en poder del grupo insurgente entre doce y trece años.
Un cuarto secuestrado, el sargento Primero de la Policía, Luis Alberto Erazo Maya, fue encontrado ileso por los efectivos militares. Erazo Maya, al parecer aprovecho la confusión generada en torno al enfrentamiento entre el grupo guerrillero y las fuerzas militares colombianas, para escapar de sus captores internándose en la selva, donde fue encontrado posteriormente.
“En el momento en que se escucharon los primeros disparos, el sargento Erazo tomó la decisión de salir corriendo y se internó en la selva”, confirmo a los medios locales el Ministro de Defensa.
Luis Alberto Erazo Maya, fue secuestrado por las FARC el 9 de diciembre de 1999, siendo Sargento Segundo en Curillo, Caquetá, y luego de huir fue perseguido por tres guerrilleros logrando escapar y ocultarse y “Hacia las 6:40 de la tarde escuchó algunas motosierras que estaban abriendo espacio para que pudieran aterrizar los helicópteros con el personal del CTI. Él se aproximó hacia las tropas y ya se encuentra con ellas”, informo Juan Carlos Pinzón. Erazo Maya fue así, el único sobreviviente de la matanza del grupo de secuestrados, presentando tan solo unas cuantas heridas leves en su rostro.
El Presidente Juan Manuel Santos Calderón, efectuó declaraciones sobre la tragedia ocurrida durante el operativo de rescate y califico a las víctimas como “héroes de la patria” que “llevaban entre 12 y 13 años secuestrados y terminaron vilmente asesinados”.
Santos Calderón, presento sus condolencias a los familiares de los militares y policías asesinados y a las Fuerzas Armadas, e indico que “es una demostración más de la sevicia y crueldad de las Farc”.
Precisamente, uno de los secuestrados muertos, el sargento Libio José Martínez, llevaba 14 años en poder de las FARC y era uno de los rehenes más antiguos, y, al igual que todos sus compañeros de tragedia, fue mantenido alejado de su familia, no conoció a su hijo, hoy adolescente, y quien lamenta la muerte de un padre al que solo recuerda como una víctima más de uno de los crímenes horrendos que, sumado a las desapariciones forzadas y masacres atribuidas a los grupos paramilitares y las ejecuciones extrajudiciales conocidas como “falsos positivos” realizadas por algunos miembros del ejército, enlutan a Colombia desde hace varias décadas.
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