El presidente Santos, en una engañosa intervención y haciendo gala de un gran descaro mencionaba que “El abandono del campo Colombiano no es un abandono reciente…por eso aquí hay dos Colombia: La Colombia urbana y la Colombia rural”. En realidad, existe una sola Colombia, que se encuentra dividida en clases sociales: obreros, campesinos, trabajadores, burguesía, y terratenientes. Esta división social existente se intenta disimular bajo el artificio de los estratos sociales (I-II-III-etc.) que no es más que una trampa para ocultar el desarrollo de la lucha de clase en Colombia.
La clase política que ostenta el poder económico y represivo en Colombia, es la que ha ocasionado la pauperización de las condiciones de vida tanto de los trabajadores que habitan la ciudad como la de los campesinos que habitan en el campo. Acaso no es un acto reprobable, la explotación de la mano de obra de los obreros que trabajan en las grandes transnacionales, que operan en Colombia. Es una vergüenza, que en este país, 11,41 millones de trabajadores (57% empleados) tengan ingresos mensuales equivalentes o por debajo del salario mínimo, el disfrute del confort de la ciudad está lejos del trabajador y su familia.
Dice, el presidente Santos “No lograremos construir un país justo, si no enfrentamos el abandono del campo, la falta de una política agropecuaria”. Es el discurso del demagogo en apuros. El presidente, sabe que no puede desmontar la política del paramilitarismo que cada día se ensancha en campos y ciudades. Desde el 2002 hasta la fecha, se han asesinado unos 70 líderes reclamantes de tierras, expropiadas por el paramilitarismo y terratenientes. La ley de Tierras, como otras tantas leyes, cayeron en el vacío y hacerla realidad por parte de los campesinos afectados cuesta la vida. El exministro Juan Camilo Restrepo, aseguraba que se les restituiría las tierras a 160 mil familias desplazadas por la violencia y se ufanaba de poder llegar a las 200 mil .El senador Robledo, denunciaba que a duras penas esa restitución de tierras llegaba a 431 familias y las hectáreas de tierra devueltas estaban por el orden de las 12.142 de las dos millones prometidas. ¿Construir un país Justo? La procuraduría General de la Nacion, suministro datos de lo acontecido en Mojarras-Cauca, donde el Esmad, provoco la muerte de 3 campesinos y un niño de 6 años de edad que fallece por inhalación de gases lacrimógenos. Utilizaron, para este ataque, luces de bengala, granadas, fusiles y dispararon a quemarropa, es decir la “otra Colombia” fue tratada como un objetivo militar.
Convoca, el presidente un gran acuerdo nacional por el agro y el desarrollo rural, estarán presentes el país rural y el país urbano (empresarios, indígenas, campesinos, el congreso, expertos en temas agrarios, gobernadores y alcaldes).El congreso de la Republica llamado a formar parte del acuerdo nacional, intenta dar una estocada a los campesinos colombianos y al agro con la creación de la ley que regulara la venta de tierras a extranjeros. El senador de la U, Juan Lozano, quien tramita en el congreso uno de los tres proyectos para regular sobre este aspecto, declara “Colombia está en el peor de los mundos” por la falta de una norma que regule y controle los distintos aspectos de la compra y el uso de las tierras por parte de los extranjeros”.Algo, similar se decía cuando estaba Colombia a punto de firmar los TLCs, se rodearon de expertos en la materia y un año mas tarde,colombia arde tanto en el campo como en la Ciudad, por los efectos de una política que entrega todo a cambio de nada. Este negocio multimillonario que se mueve alrededor de laventa de tierras a extranjeros por parte de gobiernos de países que venden su soberanía al mejor postor, les tocara enfrentar importantes sublevaciones populares en el corto plazo.Colombia, no será la excepción y nuevamente convocaran al pueblo sublevado a la reconciliación nacional.
Las estadísticas del Banco de la Republica, nos permite precisar un crecimiento muy grande de la inversión extranjera en actividades de agricultura, caza, silvicultura y pesca. En el año 2000, esta inversión estuvo en el orden de los 13,9 millones de dólares, para el año2010 estaba en el orden de los 64,1 millones de dólares. Este mismo presidente, que convoca a un gran acuerdo nacional por el agro y el desarrollo rural, animaba a inversionistas de Brasil, Chile y Argentina a que apostaran en el sector rural colombiano. Expresaba el presidente, que brindaría garantías para que estos negocios fueran prósperos en sectores como: forestales, cultivos para alimentos y biocombustibles. ¿Se le puede creer al presidente en la convocatoria del gran acuerdo? Este gobierno ya esta feriando regiones que deberían ser catalogadas como estratégicas para la nación, como la Orinoquia. Existen empresarios, que ya tienen sus empresas funcionando en esta importante región colombiana, aparecemos en el gran mapa mundial de la política de acaparamiento de tierras. Somos un mercado apetecible, para grandes pulpos como: Addax Bioenergy, Karuturi Global Ltd., Dominion Farms, Silva Group, Chayton Capital, Farm Lands of África, Cresud, Emergent Asset Management, Foras International Investment Company, AgriNurture Inc., Zhongxing Telecommunication Equipment.Esta es la razón de la prisa del gobierno en crear un marco jurídico actualizado para la venta de tierras a los extranjeros, legalizar lo más pronto posible la entrega de la soberanía a estos nuevos “demonios” que han extendido sus tentáculos en muchos países del mundo.
El Conpes, para el desarrollo de la Altillanura, donde se prevé la realización de grandes proyectos agroindustriales, contempla vincular a los pequeños y medianos productores de la Orinoquia. Este proyecto es para beneficiar a la “otra” Colombia, la de los grandes capitalistas. Asi, como están las cosas la “otra Colombia” seguirá sumergida en la pobreza, la miseria y la exclusión social.
Nos queda bien claro, que la lucha que libran vastos sectores de la sociedad colombiana, es una lucha que debe transcender lo reivindicativo para llegar a plantearnos la necesidad urgente de un nuevo tipo de gobierno que contrarié los preceptos del modelo neoliberal y que reivindique la soberanía como un concepto legitimo que el pueblo debe defender. Un gobierno que nos libre del criterio repugnante de las “dos Colombia”, pero no será la burguesía Colombiana la que cumpla con este noble propósito, es el pueblo colombiano quien debe asumir esta responsabilidad política. El año 2014, será un año de grandes retos políticos…la burguesía colombiana sufre un desgaste enorme y sabe que no están en condiciones de sacar a este país de la crisis en la cual la han sumergido durante siglos…Unidad, Organización y Lucha, es la que necesitamos.
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