La celebración del Día Internacional de los pueblos
indígenas pone en evidencia, la práctica de abandono total por parte de los gobiernos en su responsabilidad ética y constitucional que
tienen con los pueblos indígenas. Este panorama de abandono total se evidencia en toda Latinoamericana, de tal
manera que se ha acuñado el concepto de resistencia indígena. La ONU, advierte
sobre un comportamiento racista y de discriminación con relación a los pueblos
indígena. Mirna Cunningham, miembro del
Foro Permanente de Asuntos Indígenas de
la ONU, señalaba que este comportamiento permite que todo lo concerniente a los
pueblos indígenas se observe “como algo atrasado y salvaje, y que además ve al
indígena como sospechoso de terrorismo”. Significa, entonces que la obra que
inicio el imperio español hace siglos,
se continúa hoy con la misma sevicia y sin escrúpulos de ninguna clase.
Las políticas económicas del orden internacional, ponen a
los pueblos indígenas del mundo en peligro real de desaparecer en términos
cultural y social. La locura que genera el sistema capitalista en el hombre por
la riqueza desmedida y al precio que sea, ha ocasionado que en las últimas
décadas empresas transnacionales se hayan embarcado en colosales proyectos para
la explotación desmedida de la minería, construcción de hidroeléctricas,
parques eólicos. Un comportamiento
generalizado de países como España, Estados Unidos y Canadá que han
sembrado a Latinoamérica de estos propósitos que ponen en
peligro el equilibrio de la naturaleza y el deterioro del medio ambiente. El
accionar del movimiento indígena en
Latinoamérica exige el reconocimiento y
respeto de sus tierras ancestrales y su cultura milenaria que se ve en peligro
por un sistema que no conoce límites: EL CAPITALISMO.
La iniciativa IIRSA
(Integración de la Infraestructura Regional Suramericana), coordinado por los
12 gobiernos de Suramérica, con el apoyo técnico y financiero del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina de Fomento (CAF) y
Fonplata, se embarcaron en el financiamiento de más de 40
mega-proyectos y cientos de proyectos menores de mejoramiento de infraestructura,
con un costo agregado de más de 37 mil millones de dólares. Todas estas obras
serán concesionadas al sector privado. El costo ambiental es inmenso porque
amenaza y destruye el ecosistema Amazónico, Andino, de la Mata atlántica, la
Orinoquia, El Chaco, El Pantanal y Cerrado. Además, se incumplen los principios del convenio 169
de la OIT (artículos 6,7 y 15) que trata
sobre la consulta previa y la
declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de estos pueblos.
Estas efemérides, son un escenario propicio para expresar nuestro rechazo con todas la fuerzas que nuestra dignidad de
pueblo nos permite, a esas políticas que
con llevan a la desaparición de uno de los legados más importante de la raza
humana que es su lengua. Gustavo Solís, Lingüista peruano experto en lenguas
vernáculas, expresaba que:” Toda desaparición de lengua y cultura es una
tragedia mayor de la humanidad. Cuando ocurre, se extingue una experiencia
humana única e irrepetible”. Sigue,
puntualizando, que cuando llegaron los españoles a América, en el siglo XV,
había entre 600 y 800 lenguas solo en América del Sur…”La inmensa mayoría desapareció y en este mismo momento, hay lenguas en
proceso de extinción…”. En Colombia por ejemplo, en el año 2011, la lengua
TINIGUA la hablaba una sola persona, en el departamento del Meta. De la lengua
NONUYA solo quedan tres hablantes en el Amazonas y de la lengua CARIJONA quedan
30 personas que la hablan en el Caquetá y
de 68 lenguas nativas existentes
el 50% de ellas están en vías de extinción (Ministerio de Cultura).
Hace unos pocos años, el presidente de la ONIC, Luis Evelis
Andrade, denunciaba en la revista SEMANA
que, las peores guerras y arma de
destrucción y exterminio de los pueblos indígenas en Colombia son el hambre y
la desnutrición…Esta es una constante en nuestro continente.
Los gobiernos Latinoamericanos deben comprender, que los pueblos indígenas tienen
una concepción de modelo de desarrollo que es la antítesis del Neoliberalismo. Este pensamiento se
fundamenta en la conservación de la naturaleza, premisa básica para asegurar la
supervivencia del género humano en la Tierra.
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