martes, 22 de octubre de 2013

El gobierno Santos, obsesionado con la guerra.


El presidente Juan Manuel Santos, pone en vilo al país con relación  a la continuación de los diálogos de paz que con gran expectativa se iniciaron en Oslo (Noruega) y se continuaron en la Habana (Cuba).El gobierno acondiciona los diálogos, bajo la premisa de: Continuarlo, suspenderlo o romperlos, como si fuera un simple juego donde el supone tiene el sartén por el mango. La decisión de que este país se merece una mejor suerte que la guerra interminable que vive, no tiene porque ser consultada con ciertos “personajes” del congreso de la república o con la elite de la política Colombiana, o con los grandes politólogos o pensadores del país. La cuota de sangre, que deja el conflicto armado la aporta el pueblo colombiano. Los recursos económicos para continuar la intensificación del conflicto armado es  provenientes de los impuestos que pagan los colombianos y los grandes beneficiados son los que ven la guerra   como un gran negocio. El conflicto armado en el país representa entre el 5% y el 6% del producto interno bruto (PIB), en  este 2013 el presupuesto para la guerra  oscilo en unos  14, 426,65 millones de dólares. Colombia se constituye en unos de los países latinoamericanos que más dinero asigna al gasto militar, sostener la parafernalia de la guerra es costoso. Nuestro país, aun no logra disminuir la pobreza y la desigualdad, según estudios de la U.N, existen en Colombia 14,8 millones de personas en el umbral de la pobreza y 4,7 millones en la indigencia. ¿Vale la pena continuar la guerra, por una reelección?
El presidente Santos, le anuncia al país una nueva escalada de la guerra con  el sugestivo nombre de “Espada de Honor 2”. Se pretende aniquilar  “objetivos de alto valor”: Carlos Lozada, Romaña, Fabián Ramírez y Joaquín Gómez. Se pretende peinar al país con esta estrategia de guerra que se extenderá por siete departamentos que serán militarizados, bombardeados y ametrallados de día y de noche. El Guaviare, Vaupés, Cundinamarca, Meta, Amazonas, Putumayo y Caquetá, serán asediados por la guerra. La pregunta es ¿Cuándo las Farc salgan incólume de esta nueva ofensiva, que  le dirá el gobierno Santos al pueblo colombiano? Necesito cuatro años más para acabar con la Farc…
Han caído en combate Raúl Reyes (2008), Mono Jojoy (2010) Alfonso Cano (2011), el “Negro   Acacio, Martin Caballero y otros importantes combatientes y sin embargo nadie puede decir que las Farc llegaron diezmadas  políticamente o militarmente a los inicios de los diálogos de paz   en Oslo capital de Noruega.  Entonces,  el problema no es arrasar militarmente con las Farc porque ha sobrevivido en diferentes  épocas y circunstancias a permanentes asedios militares, que no han sido pocos desde el plan laso hasta la “Espada de Honor”. Esta última,  como cualquier película norteamericana, tiene segundas partes solo que las segundas partes  suelen ser muy malas y repetitivas con relación a la primera, los directores de cine siempre terminan lamentándose de las grandes pérdidas económicas y de tiempo. A Santos le va a pasar igual con esta “Espada de Honor-2”.No tendrá excusas de ninguna clase, toda vez que contara con la creación  de un nuevo comando conjunto, que contara con más de 50000 hombres, batallones de fuerzas especiales, entrenamientos especiales y se le incluye un reforzamiento con 15 mil nuevos policías en labores consideradas sensibles y estratégicas. No está demás decir, que Colombia cuenta hoy con  cerca de  7 bases militares reconocidas públicamente (Palanquero, apiay, malambo, tolemaida, pacifico, Cartagena), además de los drones. Tendrán que mascullar en silencio su derrota.
En la página Webinfomil.com, donde se hace referencia al plan de inversiones 2013 de la Fuerza Aérea Colombiana, se espefica que las inversiones para el año en mención, sería de unos 670.928 millones de pesos (poco mas de 372 millones de USD), dinero que estaría destinado a proyectos de gran importancia, que permitiría “fortalecer la capacidad de ofensiva contra los grupos narco-terroristas e incrementar la capacidad de transporte táctico y estratégico…”
Esta  locura de  cambiar el poder de las palabras por la sangre que dejan las balas, es una demostración palpable del temor del gobierno Santos de que los diálogos  conduzcan a una paz duradera y con justicia social. Temen, que estos diálogos terminen por arrojar la posibilidad  de que los colombianos optemos por un gobierno que nos brinde la mayor suma de felicidad posible. Prefieren mil veces una Colombia devastada por la guerra, pero jamás pondrán en riesgos sus privilegios. Quieren una paz, resultado del aniquilamiento del otro para seguir usufructuando de las riquezas del país y de la brutal explotación laboral existente en Colombia, donde ya se advierte por parte del gobierno que el salario mínimo en el 2014, no superara el 4%. Desean una Patria, donde el sector financiero siga obteniendo  exorbitantes ganancias, como las obtenidas en el año 2012, que estuvieron por el orden de los 39.70 billones de pesos. Seguirán pugnando por un país donde al presidente se le permite “donar” a sus congresistas 8 billones de pesos más en su salario para que le aprueben una nociva reforma a la salud, una nación donde las transnacionales violan la soberanía y acaban con el medio ambiente y de paso obtienen ganancias por más de US$ 10.220millones(2011). Un estado que intenta descargar sobre el pueblo colombiano la crisis del agro-colombiano perpetuando el injusto 4xmil.Este gobierno pérfido, le importa muy poco, que la universidades públicas estén colapsando producto del desfinanciamiento que asciende a $11,3 billones de pesos. La crisis colombiana no es solo de tipo económico o social, también lo es desde la moral, la corrupción esta al orden del día.
No podemos permitir continuar con la patria de las dos Colombia: la  “Urbana” y la “Rural” o mejor…la Colombia dividida en clases sociales. Esta es la razón, por la cual a los diálogos hay  blindarlos de cualquier actitud aventurera, hoy tendríamos que estar defendiéndolos con la movilización y la lucha popular…El pueblo insta al gobierno a iniciar los diálogos sin más demora con el ELN.