El Polo dice no a la Marcha
Por: Rodolfo Arango
Es una lástima que los medios de
comunicación hayan dado tan pobre cubrimiento al encuentro de tres días
celebrado por el Polo Democrático Alternativo el fin de semana en Bogotá.
La conferencia
ideológica preparatoria del congreso nacional fue un encuentro movido, con
altos niveles de discusión y autocrítica. No existe en el país un partido más
democrático que el PDA. La elección de delegados al congreso nacional, donde se
decidirán las líneas programáticas, los cuadros directivos y las posibles
candidaturas futuras, está próxima y las bases y distintos sectores del partido
a nivel nacional se preparan para tomar democráticamente parte en ella.
La conferencia
ideológica, encabezada por la presidenta del Polo, Clara López Obregón, y por
el excandidato presidencial Carlos Gaviria Díaz, contó con la presencia de casi
la totalidad de la bancada del partido en el Congreso. De manera franca, a
veces descarnada, sin perder el optimismo pese al retroceso en el respaldo
popular luego de la debacle del apoyo a Samuel, los presentes sometieron sus
actitudes, actuaciones y desempeños a un duro examen crítico. Un proceso
doloroso pero saludable. Atrás quedaron las arengas y los autoelogios. Primó un
ambiente realista, con posiciones antagónicas y personas comprometidas con los
principios y estatutos del único partido de oposición en Colombia.
El punto más álgido de
la reunión lo puso Carlos Gaviria Díaz. Recordó el ideario del PDA y rechazó
decididamente el apoyo del Polo a la Marcha Patriótica, no sólo por razones de
principio, sino prácticas. El PDA ha sido y es un partido democrático que
rechaza la violencia como medio para acceder al poder. Si el Polo apoyara la
marcha, no siendo claros sus orígenes y propósitos, cometería el error
histórico de arriesgar las vidas de sus integrantes en una posible reedición de
lo sucedido a la Unión Patriótica y facilitaría la treta de los enemigos de la
izquierda que igualan al PDA con la guerrilla. En política las apariencias son
realidad, dijo. Tal error, pese a la buena voluntad de quienes ven con
ingenuidad o simpatía la Marcha Patriótica, sepultaría definitivamente al Polo,
echando por la borda los enormes esfuerzos de construir una izquierda
democrática y respetuosa de un orden constitucional libre y democrático.
Que las Farc estén
buscando pista de aterrizaje en el espacio político actual como alternativa a
la guerra, y que ello sea altamente positivo y digno de saludar, no debe llevar
al error de pensar, por exceso de generosidad o de romanticismo, que el lugar
para ello sea el Polo. Mientras no renuncie al uso de las armas para perseguir
sus objetivos, la izquierda opaca no tendrá posibilidad de llegar al poder.
Depuestas las armas, firmada la paz y constituidas en partido o movimiento
político, las antiguas Farc podrían convenir las alianzas que quieran con los
partidos legalmente constituidos. En buena hora la sindéresis, la claridad y la
honestidad se imponen sobre la incoherencia, la ambigüedad y la ligereza. Con
este tipo de claras posiciones la izquierda democrática se consolida como un
partido democrático, deliberativo, con verdadera vocación de poder.
Y es que una cosa es
simpatizar y apoyar las ancestrales y legítimas movilizaciones indígenas y
campesinas procedentes de lo profundo de ese país rural olvidado que es la
mitad de Colombia y otra desconocer la tradicional instrumentalización que de
algunas personas y grupos hacen los actores armados para perseguir sus fines en
una guerra fratricida que tanto sufrimiento ha significado para todos los
colombianos.
El Polo no le dijo NO
a la Marcha, lo dijeron algunos de sus dirigentes
Carta de Carlos Lozano al Periódico el Espectador
Carta de Carlos Lozano al Periódico el Espectador
2012-08-03
Oficina Prensa Marcha
Patriótica
En Carta dirigida
este jueves al diario el espectador, el periodista director del periódico VOZ,
vocero de la Marcha Patriótica y Miembro de su Junta Patriótica Nacional,
Carlos Lozano Guillen, hace referencia al artículo del columnista Rodolfo
Arango en el que sugiere que el Polo le dijo no a la Marcha. Lozano expresa al
respecto: "El Polo no le dijo no a la marcha, lo dijeron algunos de sus
dirigentes, voces respetables, pero que no necesariamente expresan el
sentimiento del partido"
Bogotá D.C. 2 de
agosto de 2012
Periodista
Fidel Cano Correa
Director diario El
Espectador
Apreciado señor
Director:
El en el día de hoy,
jueves 2 de agosto de 2012, el columnista de El Espectador, Rodolfo Arango,
reconocido intelectual y a quien leo con respeto, decidió dar su propia versión
sobre la Conferencia Nacional Ideológica del Polo Democrático Alternativo,
reunida el fin de la semana pasada en Bogotá. Sugiere el doctor Arango que el
Polo le dijo no a la Marcha Patriótica, sin embargo, en el texto explica es la
posición del maestro Carlos Gaviria Díaz, respetable, por supuesto, pero que no
es compartida por numerosos sectores del PDA, como fue evidente en el
desarrollo del debate democrático.
El Polo no le dijo no
a la marcha, lo dijeron algunos de sus dirigentes, voces respetables, pero que
no necesariamente expresan el sentimiento del partido. Por el contrario, el
comunicado final convoca a la más amplia unidad de la izquierda, en la idea que
solo una convergencia de fuerzas avanzadas podrá ser opción de poder para
conquistar la paz con democracia y justicia social. La misma propuesta que hace
Marcha. La democracia en el Polo exige también dar las versiones completas de
sus debates y resoluciones. Sobresale que hay desacuerdos sobre este punto,
pero lo que se optó fue seguir discutiendo hacia el Congreso Nacional al final
de este año o comienzos del próximo.
Marcha Patriótica es
una realidad nacional que no se puede ignorar. Arrancó con fuerza como lo
registró el país en la inmensa movilización del pasado 23 de abril, como
en manifestaciones posteriores recientes de presentación de los comités departamentales
en varias capitales colombianas. Es un movimiento político y social, cuya base
fundamental son más de 2.000 organizaciones populares de todos los tamaños,
nacionales y regionales, que le dan un talante particular y lo convierten en
protagonista de primera línea de la lucha social y popular.
Decir que Marcha
Patriótica es una organización de la guerrilla es sencillamente repetir el
libreto de los militaristas y de la ultraderecha, que buscan repetir el
martirologio de la Unión Patriótica. Decir que a la Unión Patriótica la
exterminaron por el vínculo con las FARC, es tanto como justificar el asesinato
inerme de sus 5.000 militantes. A Jaime Pardo Leal, Manuel Cepeda Vargas,
Leonardo Posada, Miller Chacón, José Antequera, Bernardo Jaramillo, Teófilo
Forero, Mercedes Méndez y un largo etcétera, los asesinaron en la brega
política, no en un campo de batalla y en uso legítimo de un derecho
constitucional. Buscando la paz y la justicia social.
Marcha Patriótica no
reivindica las armas, ni hace la apología de la violencia, su apuesta es por la
paz, pero con democracia y justicia social, algo fundamental en la vida
política del país porque de la solución democrática y pacífica del conflicto,
dependen las garantías y los cambios que el país requiere. Es una opinión
diferente a los que desde la izquierda creen que los cambios democráticos en
Colombia se hacen mediante pactos con “burguesías nacionales” y en componendas
con el poder dominante. Sería bueno que un buen lector como el doctor Arango
leyera los documentos programáticos y declaraciones de Marcha que contienen sus
planteamientos medulares.
El debate en la
izquierda debe adelantarse de forma democrática, sin sectarismos ni odiosas
exclusiones, mucho menos con señalamientos que son peligrosos en un país con
tantos riesgos como el nuestro.
Atentamente,
Carlos A. Lozano
Guillén
Director de VOZ,
vocero de Marcha Patriótica y miembro
De la Junta Nacional
del PDA
“Una alianza con Marcha Patriótica haría al Polo inviable”: Carlos
Gaviria
El ex candidato
presidencial del Polo Democrático hizo un diagnóstico sobre la crisis del único
partido de oposición en Colombia y de sus debates. Habló de las elecciones de
2014 y del ex presidente Uribe.
Confidencial
Colombia: Hay sectores del Polo que quieren apoyar a Marcha Patriótica, ¿Esa
posición se va a consolidar en el partido?
Carlos Gaviria: En el
foro ideológico se discutió eso. Lo que uno no entiende bien es por qué si el
núcleo originario que aglutinó a las izquierdas es el Polo, surge un movimiento
que le vaya a competir. A no ser que ese otro grupo tuviera un propósito
distinto o diferencias profundas con el ideario del Polo.
Sería irresponsable
de mi parte decir que Marcha Patriótica está vinculada con las Farc. Lo que
sostengo es que se hacen hecho muchas conjeturas acerca de esa vinculación, que
se han hecho preguntas que no han sido respondidas de manera satisfactoria por
los representantes del movimiento, y que al Polo le ha costado mucho liberarse
de ese “San Benito” de que es un apéndice de las Farc.
Sostener esa alianza
lo hace un partido inviable. No solo nos quedaríamos sin ninguna opción de
poder, pondríamos en riesgo la existencia del partido mismo y la vida de sus
militantes y dirigentes. Sería repetir la parábola de la Unión Patriótica.
Para que la izquierda
sea fuerte tiene que haber un deslindamiento claro de la guerrilla y, en el
Polo, debemos ratificar claramente el segundo punto de nuestros estatutos,
donde se desecha la lucha armada como forma para resolver conflictos.
CC: En el lanzamiento
de Marcha Patriótica, Piedad Córdoba sostuvo que una vez las Farc dejaran las
armas serían bienvenidas en ese movimiento, ¿El Polo estaría dispuesto a lo
mismo?
CG: Si las Farc
firman la paz, bienvenidas al mundo de la política. Tendrán que decidir qué
harán políticamente, no necesariamente tendrán que vincularse al Polo. Al
interior del partido habrá que ver si es posible realizar alianzas con
movimientos que, ya desarmados, formen. Lo que tienen son posibilidades.
CC: Si el Polo
pretende representar a toda la izquierda democrática, ¿Por qué las luchas y
organizaciones campesinas están más cerca de movimientos como Marcha o Minga
que de su partido?
CG:El Polo tiene
mucha responsabilidad en eso. Se ha concentrado mucho en las ciudades y, algo
más, en Bogotá. No hemos trabajado las regiones, no las hemos podido penetrar.
Sabemos que tenemos
que hacer nuestra la causa campesina. ¿Qué sería de nosotros si desconocemos
que un partido izquierda debe trabajar por llevar condiciones de vida dignas a
los sectores que han sido históricamente marginados?
CC: ¿Qué diferencias
ve entre el Polo de hoy y el del 2006, cuando usted lo representó en la campaña
a la Presidencia?
CG: Entre esos dos
Polos hay una gran diferencia. En el 2006, el Polo logró aglutinar a todos los
sectores de izquierda, y varios de otros frentes democráticos, alrededor de mi
candidatura. Obtuvimos una votación cercana al 23% y nos convertimos en la
segunda fuerza política, por encima del liberalismo.
Después, ha habido
muchos acontecimientos que han menguado al partido. Tenemos que reconocer que
la fuerza del partido no es la misma de hace diez años. Eso no significa que
estemos acabados, lo que realmente significa es que tenemos un reto. Vamos a
reconstituir el partido, a consolidar la unidad. Hay que consolidarse de nuevo
como una opción de poder.
CC: ¿Es viable la
idea de Navarro de una gran alianza para el 2014 entre Progresistas, Polo,
Marcha e, incluso, los verdes?
CG: Es muy temprano
para eso. En este país los acontecimientos ocurren de una manera tan veloz que
hacer previsiones es temerario. Todo es muy incierto. No sé si en ese momento
se habrá firmado la Paz en Colombia.
Sí estoy seguro de
que habrá alianzas con el objetivo de enfrentar al proyecto de los doctores
Santos y Uribe, que es el mismo así hoy están distanciados. Creo que en la
lucha interna en los partidos que defienden el statu quo el más opcionado es Santos,
quien hoy tiene el poder. Y para enfrentar eso se necesitan alianzas.
CC: ¿Qué tan en serio
va el Puro Centro Democrático del ex presidente Uribe?
CG: Me hace recordar
un libro que se llama Escuela de dictadores de Ignazio Silone, donde se dice
que los partidos para desorientar a la opinión adoptan nombres que no tienen
nada que ver con sus propósitos. Este es un ejemplo. Que se llame Puro Centro,
cuando de centro no tiene nada, es realmente un movimiento de derecha que no se
atreve a decir su nombre. Y puede ser tan democrático como lo fue Uribe en su
gobierno.