Culmina ciclo de nueve días de reunión entre FARC y gobierno en La Habana.
Sábado, 01 Diciembre 2012 09:14. | Por Isabela Sanroque para CRB Voz de la Resistencia desde La Habana, Cuba.. | |
El día de ayer, a la 13.30de la tarde, culminó en el Palacio de Convenciones, Palco, sede principal de las conversaciones de paz entre las FARC-EP y el gobierno colombiano, el primer ciclo de nueve días de intercambio sobre los aspectos técnicos y sobre el primer punto de la Agenda del Acuerdo General Para La Terminación Del Conflicto Y La Construcción De Un Paz Estable y Duradera.
En las primeras horas de la mañana fue leído el comunicado de solidaridad con el pueblo de palestina, durante la jornada de la mañana, gobierno y FARC culminaron con la firma del primer Acta de las reuniones y anunciaron la realización de pronunciamientos públicos y ruedas de prensa para las horas de la tarde.
El jefe de la delegación colombiana, Humberto de La Calle Lombana, a las 13.30 hora local, rindió declaraciones a la prensa internacional, refiriéndose al comunicado conjunto número 5 y dio un parte positivo sobre los avances en las conversaciones.
A las 15.30 horas, la delegación de las FARC-EP acudió a la sala de prensa del Palacio de Convenciones donde atendió preguntas de 16 medios de comunicación. La rueda de prensa se inició con una introducción realizada por el comandante Iván Márquez, jefe de la delegación insurgente, y con la lectura del comunicado conjunto de gobierno y FARC que correspondió a Andrés París como jefe de prensa de la delegación.
Esta jornada estuvo bajo la coordinación de Alexandra Nariño, quien también participó de las respuestas de la guerrilla. También estuvieron ante los micrófonos Ricardo Tellez y Jesús Santrich.
Resaltó entre los combatientes el espíritu de optimismo que reina por los avances logrados en materia de participación popular en el proceso.
Las palabras de Iván Márquez subrayaron la importancia que tiene la apertura del primer foro sobre política de desarrollo rural con enfoque territorial que se realizará en Bogotá durante los días 17, 18 y 19 de diciembre. Fue enfático Iván Márquez en explicar que la soberanía política de las FARC-EP no es materia de discusión ni se va a feriar en ningún escenario; siempre las posiciones políticas y las propuestas de las FARC-EP se colocarán a la mano del pueblo y de quien lo requiera.
Las FARC insistieron en la necesidad de que Simón trinidad haga presencia en la Mesa de Conversaciones; hicieron referencia a la petición q se ha hecho al CICR para que sean repatriados los guerrilleros caídos el primero de marzo en Sucumbíos y expresaron su determinación de elevar a categoría de acuerdo especial el Acuerdo General de la Habana.
Al tiempo que insistieron en la necesidad de la participación popular, los voceros guerrilleros resaltaron la inquietud de los medios alternativos referida a las acciones de terror y muerte que sobre la población y las nuevas organizaciones sociales se ha desatado en Colombia. Se denunció la permanencia del terrorismo de Estado y se convocó a todos los medios de comunicación y a las organizaciones defensoras de derechos humanos para que multipliquen la visibilización de Colombia, y se genere una gran campaña de rechazo a los crímenes ejecutados por el Estado.
Con la bandera de la paz en alto, los voceros de las FARC-EP llamaron a la fraternidad entre los pueblos de nuestra America, indicaron que la perspectiva debe ser la de la construcción de la Patria Grande, donde no imperen las fronteras ni las guerras, en clara alusión a la confrontación que contra Nicaragua se alienta desde diversos sectores guerristas de la oligarquía colombiana.
Desde hoy en la Habana, régimen vs pueblo colombiano
Por Camilo Raigozo
No solo por lo que han manifestado tanto el Gobierno y sus voceros, como las FARC-EP y los suyos, en la mesa de diálogos, sino también porque así lo refrenda la historia del conflicto social y armado en las últimas cinco décadas, se puede decir sin ambages que la confrontación y el diálogo es entre el régimen plutocrático y el pueblo colombiano.
Por un lado, los voceros del régimen en la mesa tienen la misión de defender a capa y espada, y conseguir más si es posible, los intereses, los privilegios, los capitales, las gabelas, los latifundios, las riquezas y el poder político y económico, entre otros, de las clases dominantes.
Por el otro, la guerrilla de las FARC-EP, que defiende en la mesa los derechos por conquistar de las comunidades campesinas, afrodescendientes, indígenas, obreras, asalariadas y estudiantiles, excluidas por el régimen del disfrute a una vida justa y digna.
Esta confrontación se ha mantenido incólume durante toda la época republicana hasta hoy, con el agravante de que desde hace medio siglo, el pueblo, cansado de la injusticia, la humillación y la exclusión social en todos los ámbitos, se alzó en armas.
Desde entonces uno y otro bando han defendido con los fusiles sus propios intereses y el de las clases que los componen y los rodea, sin que hasta hoy haya vencedores ni vencidos, ni se vislumbre que así suceda en el futuro.
El régimen plutocrático, atornillado en el poder desde hace 200 años, apoyado por el gobierno criminal de Estados Unidos, ha utilizado contra su adversario todos los aparatos represivos del Estado: militar, con medio millón de hombres dotados con armamento de última tecnología planetaria; paramilitar, dotado del apoyo político y económico por parte de sus beneficiarios y garantía de impunidad sobre sus crímenes; judicial y carcelario, entre otros.
También ha utilizado en la guerra contra el pueblo otros aparatos represivos de índole ideológico, sicológico: eclesiástico, educativo, político y cultural.
En las últimas décadas el régimen ha utilizado un aparato represivo aún más poderoso que los anteriores: el que conforman los medios de comunicación en televisión, radio, prensa y ahora virtual.
De hecho para hacer fracasar y posteriormente satanizar los diálogos del Caguán intervinieron tres poderosos aparatos del régimen: el militar, los medios y el paramilitar, entre otros.
Por su parte, las FARC-EP enfrentan la batalla con una abismal desventaja en número de combatientes, armamento de alta tecnología, músculo económico, intervención de Estados Unidos, y todo el poder del Estado.
En Oslo las dos partes destaparon las cartas. Por un lado Humberto de la Calle, vocero del régimen dijo en esa ocasión, entre otras cosas que, “la cuestión minero-energética, el modelo de desarrollo, el modelo económico, la inversión extranjera y la doctrina militar no se van a negociar con las FARC”.
De la Calle remató lo anterior advirtiendo que: “Si no se avanza, el gobierno ha dicho que no es rehén de este proceso”. Así mismo el régimen presidido por Santos impuso como fecha límite junio de 2013, “para tener un avance en los acuerdos con las FARC”.
Fácil. Tal como sucedió en las tres oportunidades anteriores en, La Uribe, Tlaxcala y El Caguán, si el régimen plutocrático no logra imponerle su voluntad a la insurgencia, se levanta olímpicamente de la mesa bajo cualquier pretexto. Con cara gana el régimen, con sello pierde el pueblo.
Frente a la participación de las organizaciones sociales, populares y de víctimas, en la mesa de diálogos, el presidente Santos ha dicho que son un “bochinche” que afecta a los mismos, los cuales deben ser “serios y expeditos”.
Por su parte las FARC-EP dijeron en Oslo por intermedio del vocero Iván Márquez, entre otras cosas que:
“En el pueblo reposa la fuerza irresistible de la paz. Ésta no depende de un acuerdo entre voceros de las partes contendientes. Quien debe trazar la ruta de la solución política es el pueblo y a él mismo le corresponderá establecer los mecanismos que han de refrendar sus aspiraciones”.
Así mismo, los voceros del régimen se sonrojaron ante el mundo en Oslo y no ocultaron su malestar, cuando Márquez divulgó las cifras escandalosas arrojadas por el modelo económico y de desarrollo que el gobierno considera intocables:
“No se puede encadenar este proceso a una política enfocada exclusivamente en la obtención desaforada de ganancias para unos pocos capitalistas a los que no les importa para nada la pobreza que abate al 70% de la población.
“Ellos sólo piensan en el incremento de su botín, no en la reducción de la miseria. Más de 30 millones de colombianos viven en la pobreza, 12 millones en la indigencia, el 50 % de la población económicamente activa, agoniza entre el desempleo y el subempleo.
"Casi 6 millones de campesinos deambulan por las calles víctimas del desplazamiento forzoso. Colombia ocupa el deshonroso tercer lugar entre los países del mundo en desigualdad social”.
En cuanto a la responsabilidad sobre las víctimas del conflicto que tanto vocifera el régimen valiéndose de su poderoso aparato mediático, las FARC le recordaron que: “No somos causa sino respuesta a la violencia del Estado, que es quien debe someterse a un marco jurídico para que responda por sus atrocidades y crímenes de lesa humanidad como los 300 mil muertos de la denominada época de la violencia en los años 50.
“Que responda por los 5 mil militantes y dirigentes de la Unión Patriótica asesinados, por el paramilitarismo como estrategia contrainsurgente del Estado, por el desplazamiento de cerca de 6 millones de campesinos,-
"por los más de 50 mil casos de desaparición forzada, por las masacres y los falsos positivos, por las torturas, por los abusos de poder que significan las detenciones masivas, por la dramática crisis social y humanitaria.
“En síntesis que responda por el terrorismo de Estado. Quien debe confesar la verdad y reparar a las víctimas son sus victimarios atrincherados en la espuria institucionalidad”.
Entrevista exclusiva desde La Habana, Cuba, con Marco León Calarcá, delegado para la paz y comandante de las FARC-EP, acerca del proceso de paz colombiano, el posible futuro político de la guerrilla y su opinión sobre la actualidad poítica de México.
por Alberto Buitre
La Habana, Cuba.- Las mesas de diálogo que intentan terminar con 48 años de conflicto armado en Colombia son un triunfo político de las FARC – EP y un reconocimiento a su fuerza militar, considera Marco León Calarcá, comandante del Estado Mayor del Bloque Caribe “Martín Caballero” de la guerrilla de Marquetalia y delegado plenipotenciario para el proceso entre la insurgencia y el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, que comenzará en Oslo, Noruega, el próximo siete de octubre.
En un hotel de La Habana, Cuba, ciudad donde residen provisionalmente los siete delegados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC – EP) desde principios de septiembre cuando se dieron los anuncios que hoy les convocan a dialogar, Calarcá accede a esta entrevista en exclusiva para exponer las perspectivas y objetivos de la guerrilla en el presente intento por acabar la guerra en Colombia. Toma un café para comenzar la conversación, enseguida un vaso con agua, ataviado con una camisa corta, ligera, para paliar el calor tropical habanero que se ha abochornado por los chubascos de los últimos días.
Los tres antecedentes al actual intento de pacificación fracasaron por la traición del Estado colombiano, opina el jefe guerrillero. Los acuerdos de Casa Verde con Belisario Betancurt ; las de Caracas – Tlaxcala con el presidente César Gaviria en 1992 y las mesas de San Vicente del Caguán de 1998 al 2002, durante el gobierno de Andrés Pastrana.
- ¿Qué es diferente en este proceso?
Calarcá se toma dos segundos y luego responde:
- De hace diez años, han pasado muchas cosas. Las condiciones creemos que son distintas. Las causas que nos llevaron a tomar las armas, no solamente no se han solucionado sino que, al contrario, se profundizan. Se han profundizado más con el desarrollo del neoliberalismo. Nosotros no vemos, más allá de la profundización, otras diferencias. Es la misma necesidad de la paz. Nosotros hemos mantenido en alto la bandera de la paz. Siempre hemos insistido y siempre ha sido el gobierno el que ha negado la posibilidad.
“Ahora el gobierno por la necesidad que tienen que acabar con la guerrilla para poder profundizar el neoliberalismo piensan que la fórmula es esa (diálogo para la paz), ante el fracaso de intentar aniquilarnos militarmente.
“Ese es el gran debate, la gran discusión en este momento. Esa es la etapa que vamos a abordar: Si es de verdad que vamos a solucionar las causas que nos tienen en guerra, podemos construir la paz; o si lo que se pretende, sencillamente, es abrir espacios al desarrollo neoliberal, lo que implicaría ahondar y aumentar las causas. Porque eso implicaría mayores diferencias sociales, mayores diferencias económicas en una política que se entiende como neoliberalismo que es simplemente una cuestión administrativa sin atender realmente las demandas de la población, que es realmente la función del Estado.
“Nosotros tenemos claro que la revolución, nuestro objetivo estratégico como revolucionarios que somos, como comunistas, no lo vamos la lograr en la mesa. De eso estamos claros. Lo que sí pretendemos, es que haya posibilidades de hacer política sin armas. Esa es la situación de ahora.
“El Gobierno dice que ellos tienen voluntad. Nosotros venimos insistiendo en lo mismo, de nuestro lado hay voluntad. El objetivo es generar las condiciones, hacer las transformaciones necesarias para que no haya necesidad de las armas”.
- ¿Tienen confianza luego del fracaso de procesos anteriores?
- Siempre hemos tenido confianza y siempre hemos sido traicionados. No solamente hemos sido traicionados sino que, además, han querido decir que somos nosotros los responsables de que no se construya la paz. Pero nosotros hemos mantenido la bandera de la paz en alto, la bandera de la paz es nuestra, la solución política es un planteamiento desde nuestros orígenes.
“Entonces hacemos un esfuerzo en confiar. Hacemos un esfuerzo en creer que sí hay esa voluntad. Pensamos que la guerra ha sido lo suficientemente dura para convencer a todos aquellos que no se lucran de ella. Los únicos que están de acuerdo con la guerra son los que reciben ganancias con ella.
“Y después de esos intentos, entonces decimos: ‘Vamos a intentarlo nuevamente’. Con la misma voluntad y confianza en nuestro pueblo. Y haciendo el esfuerzo por creer en la voluntad del Gobierno. Esperemos que así sea.”
“El diálogo es producto de la presión popular”
Calarcá, se ha convertido en el portavoz oficial de las FARC-EP. Desde la capital de Cuba, se encuentra con periodistas del mundo a quienes ha expuesto las ideas de la guerrilla sobre la pacificación. Pero también aprovecha para puntualizar el contexto histórico de éste que es el conflicto armado más antiguo del continente americano y que en 1984 buscó en la Unión Patriótica llegar a la Presidencia de Colombia, a través de las elecciones, con resultados mortales para veinte mil de sus militantes, asesinados por fuerza paramilitares, narcotraficantes y milicias oficiales.
Asegura que la actual voluntad de paz, es producto del apoyo popular a la guerrilla:
“Tenemos claro que la mesa, el diálogo, la solución diplomática al conflicto es producto de la presión popular. De un lado, nosotros, como expresión de la lucha popular armada que resistimos el mayor embate militar que ha resistido ninguna guerrilla en este hemisferio. Estamos hablando de toda la parafernalia bélica de Estados Unidos, toda la llamada tecnología de punta, que han puesto al servicio de las fuerzas militares de Colombia. Peor aún, que incluso están dirigiendo en el terreno, personalmente, en una agresiva injerencia. Y más temprano que tarde, eso habrá de resolverse.
“Además, el proceso de descabezamiento del movimiento popular colombiano, del movimiento social y político de izquierda, viene en ese proceso de recomposición y recuperación después de todos los asesinatos de los ochentas y los noventas que, no es que no hayan terminado. La guerra sucia desafortunadamente no ha terminado. Pero, precisamente, la presión popular tanto nacional como internacional ha permitido que en este momento tengan que cuidarse, aunque siguen los asesinatos.
“Entonces, después de casi una década, dos periodos del gobierno de Uribe, un gobierno narcoparamilitar de corte fascista, de una lumpenburguesía que lo único que buscaba era entregar totalmente al país; después de las mentiras del fin del conflicto, después de las mentiras de que habían acabado con la guerrilla y después de todo eso, entonces les toca reconocer una realidad: nosotros estamos ahí. Estamos en todo el territorio nacional. Claro, han cambiado las condiciones porque hace diez años no tenían toda esa parafernalia bélica, sobre todo la aviación. Y eso hace que, necesariamente, la táctica de combate sea otra. Pero ahí estamos. Se combate todos los días.
“Esa realidad de la reconstrucción del movimiento popular y armado – que no han podido judicializar vinculándolo a nosotros aunque sí lo han intentado y lo siguen intentando-, (de la cual) no se tiene una existencia objetiva, pero no lo pueden negar tampoco-, genera esa buena posibilidad de ahora.
“Decimos nosotros: sumando la fuerza de la insurgencia, la fuerza de la guerrilla, la convicción y la entrega nuestra, sumada a la fuerza del movimiento popular y contando con esa voluntad del Gobierno, es posible llegar a nuevas situaciones que nos permitan vivir en paz. Cuando menos, sentando las bases para, parando el conflicto armado, construir las soluciones de lo social, de lo económico y de lo político.”
Un diálogo de frente al mundo
Para Calaracá, las mesas de diálogo que están por arrancar necesitan ser rodeadas tanto por la sociedad colombiana como por la comunidad internacional, mediante mecanismos de participación que hagan valer su opinión. Se necesita, señala, que los interesados estén “ojo avizor para impedir el accionar de la extrema derecha, no solo en Colombia, sino en el mundo”.
Negándose a opinar acerca de quienes integran la parte negociadora por el Gobierno de Colombia, el comandante criticó que se pretenda llevar al cabo la mesa de diálogo sin un cese a las hostilidades militares, ya que, mientras el proceso se instala, en las montañas colombianas prevalecen los enfrentamiento entre la guerrilla y los soldados. Sin embargo, el presidente Juan Manuel Santos ha rechazado la propuesta de las FARC para conclusión bilateral de los combates en tanto se desarrollan los diálogos.
“Dicen que el cese al fuego es darnos oxígeno, como si nos estuviéremos muriendo. Siempre han pensado eso, siempre lo han dicho y siempre por eso es el fracaso. Los enemigos de la paz dicen que la paz es ‘porque las FARC están débiles’ y por eso piden tregua, para recuperarse. No es el caso. Ese cuento de la debilidad de las FARC es desmentido diariamente en combate. Si estuviéramos derrotados militarmente no estarían creciendo ellos en cantidad de militares ni en planes militares ni en ayuda de Estados Unidos”, fustiga Calarcá al ejemplificar que en el mes de julio, un bloque fariano derribó un avión Súper Tucano en la región del Cauca.
No obstante, el tema del “cese al fuego” está incluido en la agenda de negociación y para las FARC, señala Calarcá, es la intención insistir en su necesidad durante la mesa del siete de octubre en Oslo, Noruega, porque éste es un “símbolo verdadero de voluntad de paz”. Sin embargo, si esto no es posible, la propuesta “tarde o temprano llegará”.
Ni terroristas ni narcotraficantes
Estados Unidos, Colombia y treinta y un Estados del mundo considera a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia como “terroristas”. Les vincula con actividades ilícitas como las de narcotráfico, y utiliza epítetos como “narcoguerrilla” o “narcoterroristas” para describirle. Sin embargo, las FARC en voz de Marco León Calarcá rechazan los apelativos y critica el “doble rasero” con el cual se mira la defensa de los pueblos para defenderse de las agresiones militares y políticas.
Además, Calarcá apunta a Estados Unidos por aplicar políticas intervencionistas con el “pretexto del combate al narcotráfico”. Así es que –señala-, se aprobó en el año 2000 el Plan Colombia como una iniciativa para el combate a la producción de drogas que escondía un plan contrainsurgente. Eso, de hecho, fue el motivo que canceló los acuerdos de paz de El Caguán de ese entonces, sostiene el jefe guerrillero.
“El calificativo de terroristas es una cuestión demasiado subjetiva. Es más, el mundo todavía no tiene claro qué es ser terrorista. No hay acuerdo. Se pretende, como dice el escritor español Alfonso Sastre, calificar de terrorismo a la lucha de los débiles y a las mismas acciones hechas por los poderosos, entonces justificarlas. Y eso no puede ser así. Nosotros sencillamente nos estamos defendiendo. Cuando hay un combate y muere un guerrillero, entonces es un guerrillero dado de baja; muere un soldado, y entonces es un soldado asesinado. Bombardean con bombas de más de una tonelada de manera indiscriminada, y entonces sencillamente eso es el ‘desarrollo de la guerra’; pero cuando nosotros enviamos un cilindro, entonces eso es asesinato. Ellos ponen minas, y esas minas como son de fabricación industrial, entonces esas sí valen; las nuestras, como son de fabricación artesanal, entonces son descalificadas. Hay un doble resero para mirar la actividad y de eso se vale esa calificación de terroristas. Ese doble rasero implica que quien tiene poder, los que tienen el respaldo de las transnacionales, pueden hacer y deshacer y no son terroristas, y simplemente buscan la justicia. Pero los pueblos, los débiles, que se defienden de esas agresiones, sí son calificados de terroristas.
”Con el tema del narcotráfico es lo mismo. Es la utilización de ese fenómeno como pretexto para combatir a los pueblos del mundo. En 1989 invadieron Panamá con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico y después de más de veinte años, cualquiera puede darse cuenta que esa invasión no tiene nada qué ver con el narcotráfico. En el caso nuestro, en el 200 aprobaron el Plan Colombia, fue la base para la reingeniería de las fuerzas militares y el punto de partida para que se desmoronaran los diálogos del Caguán. Y nosotros lo denunciamos. Y nosotros decíamos: ‘Eso es un plan contrainsurgente, no tiene nada qué ver con la lucha contra el narcotráfico’. Mentira. Ese gran negocio (el narcotráfico) no lo han combatido. Siempre dijeron que ‘No’. Y hace pocos años quedó aprobado como plan contrainsurgente; que (el Plan Colombia) se extendía al combate contra la insurgencia. La práctica nos ha dado la razón.
“Sobre ese tema del narcotráfico, nosotros hemos presentado propuestas serias y concretas como por ejemplo la legalización. En su momento fue más o menos vista como un absurdo, y ahora es la propuesta que se está abriendo paso. Porque es que el problema no es ni de los campesinos ni de los consumidores, es más de los negociantes. Y uno se pregunta: ¿esa millonada de dólares donde se quedan? ¿Dónde se mueve? ¿Será que los sectores populares tienen un sistema financiero capaz de soportarlo? ¡No, hombre! Si ni siquiera sistema financiero tenemos nosotros. Todo lo que sea banco depende de esa banca financiera internacional ¿Y donde se mueve el dinero del narcotráfico? ¿A quién beneficia? ¿A quién le deja ganancias? ¿Quiénes son los que generan el problema fundamental del narcotráfico? ¿Por qué Estados Unidos no cuida su frontera y sencillamente no deja entrar la droga, en lugar de ir a perseguir de donde viene? Ah, porque entonces se le acaba la excusa para invadir a México, que están invadidos; se le acaba la excusa para invadir a Colombia; se le acaba la excusa para tener injerencia en todo el mundo. Es sencillamente una herramienta. De paso que les permite a ellos justificar sus invasiones, les permite desprestigiar organizaciones que, como FARC, se enfrentan a esas políticas”.
Las FARC sobre México
Marco León Calarcá fungió como titular de la oficina de relaciones de las FARC-EP en México desde 1993 hasta el 2002, cuando una petición diplomática del ex presidente colombiano, Álvaro Uribe Vélez, ocasionó la petitoria de desalojo por parte del entonces mandatario mexicano, Vicente Fox. Durante esos años, el jefe guerrillero logró conocer bien el devenir político y social de este país y lo que hoy le acontece, no le es ajeno.
Por tal motivo, afirma que en México se vive una confrontación de clases y expresa su solidaridad, a nombre de la insurgencia fariana, a las organizaciones mexicanas que se rebelan a la instauración del neoliberalismo en su territorio.
Luego de la descalificación popular y estudiantil a la elección que impone a Enrique Peña Nieto en la Presidencia del país, actualmente México se debate en la aprobación de una reforma laboral que ha sido criticada por expresiones políticas de oposición, tanto en la Cámara de Diputados como en las calles. El 22 pasado, doscientos obreros del sindicato independiente de la automotriz Nissan en Morelos bloquearon por horas la autopista México – Acapulco y han marchado por la ciudad de Cuernavaca en protesta contra la medida.
Frente a esto, Calarcá critica las medidas adoptadas por el Estado mexicano y advierte que en ese país podría reproducirse los conflictos que Colombia ha padecido “producto de esas políticas”:
“Nosotros lo que hemos dicho es que México tiene en Colombia un espejo y la situación que vive el pueblo colombiano es producto de esas políticas que aplicaron. Y teniendo una realidad tan cercana que se puede conocer y se puede evaluar, fácilmente se puede concluir que no es el mejor camino. Eso va a ser parte de la lucha del pueblo mexicano. Brindamos toda nuestra solidaridad con las organizaciones del pueblo de México
“Independientemente de la confrontación de la lucha de clases en México, nosotros estuvimos allá nueve años, a pesar que se dice en la gran prensa que nos echaron, eso no fue cierto. Yo no voy a defender al ex presidente Fox, pero el comportamiento fue correcto desde el punto de vista diplomático. Simplemente nos dijeron: ‘hay una solicitud para que ustedes salgan, digan cuando se van’ y nosotros decidimos cuando nos fuimos. Y entendemos. Pero de ese episodio no nos queda más que agradecimiento al Gobierno y al pueblo mexicano que fueron solidarios en ese episodio. Pero la realidad de la lucha social, de la lucha económica, de la lucha política (de México) es parte de la dinámica nacional.
Seguir luchando por el socialismo
La mesa de paz de ninguna forma significa desmovilizarse para las FARC-EP. De acuerdo con Calarcá, las decisiones tomadas dentro del proceso tendrán un impacto en el movimiento obrero y comunista internacional en tanto el triunfo de unos, es el triunfo de todos. Más –señala-, cuando tanto el pueblo Colombiano como los del mundo, se encuentran en plena batalla contra el capitalismo en crisis. Por eso, sentencia: “hay que seguir luchando por la sociedad socialista”
“Ahora mismo se puede ver la crisis de la crisis del capitalismo. Los ‘países desarrollados’ ya no lo son más. Ahora resulta que los pueblos de los países subdesarrollados tienen más posibilidades. Es la crisis en todo. Porque es que la lógica perversa del neoliberalismo lleva a la miseria. Ese punto donde dijeron que el neoliberalismo genera riqueza como una copa que se derrama y empieza a echar riqueza a todo mundo, pues eso es carreta.
“Dicen que nosotros por ser comunistas somos incrédulos y no somos capaces de ver esa realidad; que es que los comunistas somos pro ortodoxos y todo lo que han dicho; pero es que la realidad nos está mostrando cómo son las cosas con la gente que no tiene donde vivir, de la gente que antes tenía un nivel de vida alto y ahora no tiene donde vivir ¿y qué decimos de la gente que tenia niveles de vida bajos? Unos están empobrecidos y los otros en la miseria. Esas son las realidades que nosotros estamos confrontando.
“¿Y qué decimos? Hay que luchar por los derechos de los pueblos. Nosotros estamos convencidos quela única forma de garantizar los derechos de las mayorías es en la sociedad socialista. Eso es lo único. Donde no haya el interés personal. Donde lo que importe sea el desarrollo colectivo y el bien común. Eso es difícil y en esa pelea estamos. Y a esa pelea le hemos dedicado la vida y en ese seguimos”.
Para el comandante Marco León Calarcá, el objetivo de la revolución socialista en Colombia a través de la insurgencia política y militar de las FARC-EP no se pierde. Por el contrario –destaca- “hay que seguir luchando”:
“Frente al proletariado, frente a los sectores empobrecidos y explotados, lo único que decimos es: hay que seguir luchando. Que no es posible desesperanzarnos. Y aunque de pronto nos han traicionado o que de pronto esto se ha alargado o que ya era tiempo, lo único que no podemos hacer es cansarnos. Porque tenemos la razón.
“Y el enemigo manipula, invierte, miente, mata y todo lo que sea. Pero tenemos que persistir. Porque sabemos que más temprano que tarde, vamos a lograr el objetivo revolucionario. Decimos nosotros: una forma de solidaridad, y de pronto la más importante, es avanzar en nuestros procesos para lograr el triunfo. La mayor solidaridad es poder triunfar para ayudar a los otros.
“Pero también sabemos y por eso nuestro interés internacionalista, que la derrota de cualquiera es la derrota para todos. Pero también, el triunfo de cualquiera es el triunfo de todos.”
El futuro político de las FARC
Uno de los objetivos de las FARC en el establecimiento de las mesas de diálogo, es encontrar condiciones para hacer “política sin armas”, aunque, aclara, como organización contemplan “la combinación de todas las formas de lucha”. Sin embargo, el diálogo no representa la consecución de sus objetivos políticos tampoco la lucha armada es la única vía “para lograr las transformaciones sociales revolucionarias”.
“Nosotros estamos alzados en armas porque la violencia, la traición y la represión de la oligarquía no dejó otro espacio. Si hubieran dejado otro espacio seguramente no seríamos una guerrilla. Nosotros decimos: si no hay necesidad de la lucha armada ¿para qué hacerla? Pero en el caso colombiano no ha habido otra opción por la característica violenta, represiva de la oligarquía criolla que ha tenido desde sus orígenes el crimen político como arma.”
En tanto, la posibilidad de participar en elecciones estaría descartada en tanto no se limpie el sistema electoral colombiano para prohibir el paso del dinero, la corrupción y la violencia. Si esto se soluciona, dice Calarcá, “otro tema será”. Pero “por ahora, nosotros como FARC no estamos pensando en elecciones”.
Para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, el conflicto entre la guerrilla y las milicias en su país trasciende de la confrontación armada, para ser la “confrontación de clases entre los pobres del mundo y la oligarquía”. En ese sentido, se mantienen optimistas de lograr el triunfo de su revolución –señala Calarcá-, para la transformación con justicia social de las condiciones de vida del pueblo colombiano. Y afirma: “Necesariamente el tiempo está de nuestro lado”.
Conferencia de prensa de las FARC en La Habana: Denle una oportunidad a la paz en Colombia ( Vídeos y Fotos)
Piden
representantes de las FARC a la prensa colombiana y extranjera que cubran con
la debida objetividad el proceso de diálogo entre la guerrilla y el gobierno,
que comienza el 8 de octubre en Oslo, Noruega. Anuncian la decisión de
incorporar a la mesa de diálogo a Simón Trinidad, actualmente presos en EEUU.
Confirman enfáticamente el fin de los secuestros y niegan tener retenciones de
ese carácter. Aseguran que no hay el menor resquicio de división en las fuerzas
insurgentes en relación con las negociaciones de paz.
“Denle una
oportunidad a la paz en Colombia”, dijo Ricardo Téllez. Apelaba a la prensa
colombiana y extranjera que, respondiendo a la convocatoria de la guerrilla más
antigua de América, se presentó este jueves a las 10 de la mañana en una sala
del Palacio de Convenciones de La Habana, capital de uno de los tres países
-junto a Venezuela y Noruega- que facilitaron el arduo camino hacia la Mesa
Diálogo.
Parafraseando a
Lennon, el guerrillero demandaba “informar con la debida objetividad”, en
”un esfuerzo desde dentro y desde fuera” para que no fracase la Mesa.
Bajo el título “La
paz es la más noble bandera del pueblo colombiano”, la conferencia abrió con la Declaración
Política, en un video grabado a Timoleón Jiménez, Jefe del Estado Mayor Central
de las FARC-EP. Según el documento, han pasado “seis meses de francos
intercambios para culminar el índice de temas sobre el que versarán las
conversaciones de paz”. Justo un mes más tarde, el próximo 8 de octubre, se
abrirá la Mesa en Oslo, Noruega, según confirmó luego Mauricio Jaramillo.
En síntesis, el
documento expresa que “la anhelada solución política por la que claman millones
de colombianos en las cuatro esquinas del país, regresa al primer orden de la
vida nacional”, define “la salida política de la confrontación”
como la bandera del pueblo colombiano e invoca la activa
participación de la nación en este nuevo proceso “que debe culminar con una
nueva Colombia, justa y democrática”.
En lo que define
como un “primer paso hacia la reconciliación” y respondiendo a quienes lo han
visto como un acto de “rendición y entrega”, la Declaración aclara que “se
equivocan por completo quienes intentan leer debilidad en nuestro incansable
accionar por la paz. Nuestro optimismo es grande y apunta a que toda la nación
se ponga de pie para impedir que se cierre esta puerta”.
Los representantes
de la FARC-EP, también pidieron a los periodistas no entrar en supuestos ni
especulaciones, luego que uno de ellos indagara qué pasaría si en la situación
de guerra vigente, perdiera la vida el Jefe del Estado Mayor. “Estamos en una
guerra, conscientes de la necesidad de terminarla”. Y aunque luego informaron
que no se pidió zona de despeje en el encuentro exploratorio, insistieron en
que: “estamos aquí para hablar de paz, no de guerra.”
Al dar los nombres
de Iván Márquez, miembro del Secretariado y de José Santrich, miembro del
Estado Mayor Central, como negociadores, también dieron su opinión sobre la
integración de la representación del gobierno, reconociendo que “hay un
esfuerzo por darle nivel” y que los nombramientos se apegan al acuerdo, así
como la posibilidad de ampliar la lista con militares en activo.
El anuncio de que
Simón Trinidad es uno de los miembros de la Mesa por parte de las FARC, generó
más de una interrogante acerca de cómo participaría, tomando en consideración
que luego de ser extraditado a los Estados Unidos, permanece preso en ese país.
Calarcá lo definió como “un símbolo de la dignidad de los luchadores
populares”, “condenado por ser de las FARC” y que “estará en la Mesa de
Diálogo, independientemente de las molestias que eso pueda causar”.
Interrogados sobre
las garantías que tienen los guerrilleros de que se cumplirán los acuerdos tras
la posible desmovilización y desarme de esa fuerza, la respuesta fue que “la garantía
es la voluntad política del gobierno… El gobierno ha planteado que está en
disposición de hacer cambios estructurales y nosotros tenemos la voluntad
política para alcanzarlos…”
Secuestro, narcotráfico, tierra
A la pregunta de un
colega colombiano sobre un secuestrado que según los medios está en poder de
las FARC y por el que piden sumas millonarias, Ricardo Téllez dijo que en
Colombia secuestran fuerzas de Seguridad, paramilitares y delincuentes comunes
y todos los secuestros se los imputan a las FARC, que se llegó a decir que
había 2 900 secuestrados y en un conteo fuerza por fuerza de la guerrilla se
confirmó que no era cierto.
Sobre la más
reciente acusación dijo que se trataba de francotiradores del proceso y
enfatizó “podemos garantizar en este momento que ningún frente nuestro está
haciéndolo. No es política de las FARC desde la directriz de Alfonso Cano”.
En cuanto al tema
del narcotráfico, Calarcá dijo que esa era “la bandera política de Estados
Unidos y sus aliados contra los que se les oponen. Recordó que desde 1993 en la
propuesta de diálogo de las FARC está el tema para su discusión y que durante
los diálogos de San Vicente del Caguán, ellos propiciaron un debate
internacional al respecto.
“El narcotráfico es
un negocio inherente a un capitalismo descompuesto, como el que se ha dado en
Colombia” y reiteró la importancia de resolver el problema de la pobreza en el
campo y otros males asociados para que los habitantes de las zonas rurales
puedan vivir dignamente sin necesidad de acudir a los llamados “ilícitos”.
En ese punto se
retomó la necesidad de la Reforma Agraria, que según Jaramillo es un tema muy
difícil por las características de Colombia, donde se necesita, no una, sino
cinco reformas agrarias, tantas como regiones tiene el país. “Investiguen”,
sugirió, pero alertó que “está situación es bastante complicada”.
POSICIONES FRENTE
AL DIÁLOGO
Respondiendo a
preguntas de periodistas colombianos sobre la posición de los distintos frentes
de las FARC ante el acuerdo y sobre las declaraciones de adversarios
de la guerrilla sobre la legitimidad del diálogo, Téllez fue enfático al
afirmar que “no hay asomo o resquicio de división respecto al proceso para la
paz. Estamos totalmente unificados en torno al proceso”.
Por su parte,
Jaramillo se refirió a “personajes, francotiradores del proceso” que crearon
desde sus gobernaturas mecanismos de asesinos, paramilitares y ahora pretenden
apuntalarse como los de la última palabra en democracia. “El país está a la
espera de que estos personajes sean juzgados, vayan a las Cortes y paguen por
sus crímenes…” dijo y lo comparó con Pinochet en Chile, Videla en Argentina,
entre otros.
“Entendemos que la
solución está en resolver las causas sociales y políticas de la confrontación.
No hay un plan específico de las FARC, solo que se pueda llegar a vivir en paz
y que se hagan los cambios estructurales que se necesitan”, había respondido
Calarcá a una pregunta sobre las propuestas que llevaría la guerrilla a las
condiciones de incorporación a la vida política del país.
En cuanto al tiempo
que podría demorar un acuerdo para la paz, las FARC considera que fue un error
del pasado que no puede repetirse, plantear plazos y precisaron que hay
contacto permanente con el gobierno de Santos, calificando el momento como “una
nueva etapa”.
“Hemos dicho que
nos sentamos. Trataremos de agilizar todo, si el gobierno cree que puede hacer
reformas, puede agilizarse. La vida es más rica que cualquier planteamiento. Lo
importante es que se pueda ir mostrando resultados positivos. Sobre elecciones
o reelecciones no queremos hablar, nos concentraremos en la paz. Fue un error
del pasado no darle la importancia debida a la paz y permitir que la guerra se
reimpusiera. Todas las experiencias anteriores han sido positivas y nos han
confirmado que la paz es el camino…”, concluyó.
Comandante de las FARC Mauricio Jaramillo, y otros integrantes de la guerrilla colombiana, ofrecen rueda de prensa en La Habana. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Ricardo Tellez, Mauricio Jaramillo, Andrés París y otros integrantes de la guerrilla colombiana, ofrecen rueda de prensa en La Habana. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Ricardo Tellez, Mauricio Jaramillo, Andrés París y otros integrantes de la guerrilla colombiana, ofrecen rueda de prensa en La Habana. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Ricardo Tellez, Mauricio Jaramillo, Andrés París y otros integrantes de la guerrilla colombiana, ofrecen rueda de prensa en La Habana. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Video presentado antes de comenzar la rueda de prensa, de los integrantes de las FARC. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Santos ratifica que no habrá cese al fuego hasta
lograr acuerdo de paz
Caracas, 06 de septiembre de 2012.- El presidente de Colombia,
Juan Manuel Santos, ordenó este jueves intensificar el ataque a las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), con lo cual ratifica que no habrá
cese al fuego hasta tanto no se llegue a un acuerdo de paz.
Indicó que la Casa de
Nariño aspira a establecer diálogo con las Farc, sin embargo, recalcó que no
habrá ningún costo para el país en el caso de que el proceso no llegue a feliz
término, expresó el portal web de Telesur.
Santos se reunió este
jueves con las fuerzas militares y la Policía Nacional colombiana, de las que
recibió respaldo absoluto en las negociaciones emprendidas para solucionar este
conflicto que lleva más de 50 años.
"Hemos tenido una
reunión donde les he informado en detalle todo el proceso de acercamiento con
las FARC (...) Les he pedido que intensifiquen su accionar", expresó el
mandatario desde la Base de Tolemaida.
La próxima semana
comenzará la negociación en Oslo, Noruega, de un proceso que el Mandatario
colombiano calificó de "realista y eficaz".
Seguridad
garantizada
Más temprano, en una
entrevista realizada en la emisora local La W, el Jefe de Estado colombiano
señaló que el proceso de paz está diseñado para no perjudicar al país
suramericano.
"Hemos diseñado
este proceso en forma tal que si no somos exitosos, al país no le cuesta nada o
le cuesta muy poco. Por eso nosotros no hemos aceptado ningún cese al fuego, no
hemos aceptado bajar la guardia en materia de seguridad", explicó.
Santos recalcó que la
intención es "mantener el control territorial en cada centímetro de
nuestro territorio, y vamos a seguir con la agenda del gobierno normal".
Estas declaraciones del
Mandatario colombiano fueron pronunciadas poco antes de que, en La Habana,
delegados de las FARC anunciaran que propondrían un alto al fuego bilateral al
comenzar el proceso de diálogo el próximo 8 de octubre en Oslo.
"El cese del fuego
nosotros lo vamos a plantear inmediatamente nos sentemos en la mesa. Vamos a
plantearlo, vamos a pelearlo, vamos a discutirlo ahí en la mesa, porque es uno
de los puntos", dijo el comandante Mauricio Jaramillo.
El pasado 27 de agosto,
las partes suscribieron en La Habana el acuerdo para iniciar los diálogos. Las
conversaciones contaron con el acompañamiento de representantes de los
Gobiernos de Venezuela, Cuba y Noruega.
El nuevo diálogo de paz
contempla la desmovilización, el cese de las hostilidades y la entrega de
armas.
FARC-EP plantearán en Oslo cese al fuego bilateral
SERGIO ALEJANDRO GÓMEZ
Las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) plantearán un
"cese al fuego bilateral" en la primera reunión de la mesa de
conversaciones con el Gobierno de Juan Manuel Santos, que se celebrará el
próximo 8 de octubre en Oslo, Noruega.
Así lo aseguró en
rueda de prensa en La Habana el comandante Mauricio Jaramillo, jefe de la
delegación de seis guerrilleros que participaron en los diálogos exploratorios
con el Gobierno colombiano para buscar la paz.
La conferencia comenzó
con una Declaración Política, leída por el Jefe del Estado Mayor Central de las
FARC-EP, Rodrigo Londoño Echeverri (alias Timoleón Jiménez), la cual fue
difundida en la sala mediante un video.
El líder guerrillero
afirmó estar convencido de que el pueblo colombiano los "acompañará en el
desmonte de las causas que originan y alimentan el conflicto social y
armado".
"Nunca hemos
estado más fuertes y unidos", dijo Timoleón Jiménez y agregó que se
sentarán "de igual a igual" con el Gobierno para lograr una paz con
justicia social.
En opinión del
dirigente de la guerrilla, "este nuevo proceso de paz representa el
triunfo de los vientos bolivarianos de cambio que soplan por Nuestra
América" sobre los "demenciales cánticos de guerra de la derecha
militarista".
Tras visionar el
material, Jaramillo reveló al responder a los periodistas, que el comandante
Iván Márquez, miembro del Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP,
y Jesús Santrich, quien pertenece al Estado Mayor Central de esa organización,
encabezarán la delegación que se trasladará a Noruega y luego a Cuba para
adelantar las conversaciones de paz.
La lista completa de
representantes será divulgada próximamente y podría llegar hasta 30 personas,
el límite para cada una de las partes, según explicaron los miembros de las
FARC-EP.
Respecto a las cinco
personas designadas el miércoles pasado como representantes del Ejecutivo
colombiano, el guerrillero Andrés París apuntó que se incluyeron
"distintos sectores del poder" y espera que estos "se
atemperen" a los principios del Acuerdo General para la terminación del
conflicto suscrito con el Gobierno.
El presidente Juan
Manuel Santos designó como negociadores de paz al exvicepresidente Humberto de
la Calle Lombana, al empresario Luis Carlos Villegas, al exdirector de la
Policía, general (retirado) Óscar Naranjo; al excomandante de las Fuerzas
Militares, general (retirado) Jorge Mora Rangel; Sergio Jaramillo Caro, Alto
Consejero para Seguridad Nacional, y Frank Pearl González, excomisionado para
la paz.
El jefe de Estado
precisó que, además del equipo de cinco negociadores plenipotenciarios,
nombrará igual número de suplentes y un conjunto mayor de 30 delegados del
Ejecutivo.
Por otra parte, cuando
se inquirió a los miembros de las FARC-EP sobre la práctica del secuestro,
Jaramillo contestó que "ya no hay ningún retenido por parte de
nosotros". "Sería violatorio de las orientaciones de las
FARC-EP", reiteró Ricardo Téllez.
Respecto al tema de la
duración de los diálogos, Téllez refirió que "no se puede poner un
plazo" para la culminación del proceso, pues sería "repetir los
errores del pasado".
El tema del
narcotráfico fue abordado por Marco León Calarcá, quien opinó que resolver ese
asunto conlleva eliminar la pobreza en el campo y conseguir que los campesinos
puedan vivir dignamente, sembrando otros cultivos.
A la conferencia de
prensa asistieron también los embajadores en Cuba de Noruega, en calidad de
garante, y de los países acompañantes Chile y Venezuela.
Es una lástima que los medios de
comunicación hayan dado tan pobre cubrimiento al encuentro de tres días
celebrado por el Polo Democrático Alternativo el fin de semana en Bogotá.
La conferencia
ideológica preparatoria del congreso nacional fue un encuentro movido, con
altos niveles de discusión y autocrítica. No existe en el país un partido más
democrático que el PDA. La elección de delegados al congreso nacional, donde se
decidirán las líneas programáticas, los cuadros directivos y las posibles
candidaturas futuras, está próxima y las bases y distintos sectores del partido
a nivel nacional se preparan para tomar democráticamente parte en ella.
La conferencia
ideológica, encabezada por la presidenta del Polo, Clara López Obregón, y por
el excandidato presidencial Carlos Gaviria Díaz, contó con la presencia de casi
la totalidad de la bancada del partido en el Congreso. De manera franca, a
veces descarnada, sin perder el optimismo pese al retroceso en el respaldo
popular luego de la debacle del apoyo a Samuel, los presentes sometieron sus
actitudes, actuaciones y desempeños a un duro examen crítico. Un proceso
doloroso pero saludable. Atrás quedaron las arengas y los autoelogios. Primó un
ambiente realista, con posiciones antagónicas y personas comprometidas con los
principios y estatutos del único partido de oposición en Colombia.
El punto más álgido de
la reunión lo puso Carlos Gaviria Díaz. Recordó el ideario del PDA y rechazó
decididamente el apoyo del Polo a la Marcha Patriótica, no sólo por razones de
principio, sino prácticas. El PDA ha sido y es un partido democrático que
rechaza la violencia como medio para acceder al poder. Si el Polo apoyara la
marcha, no siendo claros sus orígenes y propósitos, cometería el error
histórico de arriesgar las vidas de sus integrantes en una posible reedición de
lo sucedido a la Unión Patriótica y facilitaría la treta de los enemigos de la
izquierda que igualan al PDA con la guerrilla. En política las apariencias son
realidad, dijo. Tal error, pese a la buena voluntad de quienes ven con
ingenuidad o simpatía la Marcha Patriótica, sepultaría definitivamente al Polo,
echando por la borda los enormes esfuerzos de construir una izquierda
democrática y respetuosa de un orden constitucional libre y democrático.
Que las Farc estén
buscando pista de aterrizaje en el espacio político actual como alternativa a
la guerra, y que ello sea altamente positivo y digno de saludar, no debe llevar
al error de pensar, por exceso de generosidad o de romanticismo, que el lugar
para ello sea el Polo. Mientras no renuncie al uso de las armas para perseguir
sus objetivos, la izquierda opaca no tendrá posibilidad de llegar al poder.
Depuestas las armas, firmada la paz y constituidas en partido o movimiento
político, las antiguas Farc podrían convenir las alianzas que quieran con los
partidos legalmente constituidos. En buena hora la sindéresis, la claridad y la
honestidad se imponen sobre la incoherencia, la ambigüedad y la ligereza. Con
este tipo de claras posiciones la izquierda democrática se consolida como un
partido democrático, deliberativo, con verdadera vocación de poder.
Y es que una cosa es
simpatizar y apoyar las ancestrales y legítimas movilizaciones indígenas y
campesinas procedentes de lo profundo de ese país rural olvidado que es la
mitad de Colombia y otra desconocer la tradicional instrumentalización que de
algunas personas y grupos hacen los actores armados para perseguir sus fines en
una guerra fratricida que tanto sufrimiento ha significado para todos los
colombianos.
El Polo no le dijo NO
a la Marcha, lo dijeron algunos de sus dirigentes
Carta de Carlos Lozano al Periódico el Espectador
2012-08-03
Oficina Prensa Marcha
Patriótica
En Carta dirigida
este jueves al diario el espectador, el periodista director del periódico VOZ,
vocero de la Marcha Patriótica y Miembro de su Junta Patriótica Nacional,
Carlos Lozano Guillen, hace referencia al artículo del columnista Rodolfo
Arango en el que sugiere que el Polo le dijo no a la Marcha. Lozano expresa al
respecto: "El Polo no le dijo no a la marcha, lo dijeron algunos de sus
dirigentes, voces respetables, pero que no necesariamente expresan el
sentimiento del partido"
Bogotá D.C. 2 de
agosto de 2012
Periodista
Fidel Cano Correa
Director diario El
Espectador
Apreciado señor
Director:
El en el día de hoy,
jueves 2 de agosto de 2012, el columnista de El Espectador, Rodolfo Arango,
reconocido intelectual y a quien leo con respeto, decidió dar su propia versión
sobre la Conferencia Nacional Ideológica del Polo Democrático Alternativo,
reunida el fin de la semana pasada en Bogotá. Sugiere el doctor Arango que el
Polo le dijo no a la Marcha Patriótica, sin embargo, en el texto explica es la
posición del maestro Carlos Gaviria Díaz, respetable, por supuesto, pero que no
es compartida por numerosos sectores del PDA, como fue evidente en el
desarrollo del debate democrático.
El Polo no le dijo no
a la marcha, lo dijeron algunos de sus dirigentes, voces respetables, pero que
no necesariamente expresan el sentimiento del partido. Por el contrario, el
comunicado final convoca a la más amplia unidad de la izquierda, en la idea que
solo una convergencia de fuerzas avanzadas podrá ser opción de poder para
conquistar la paz con democracia y justicia social. La misma propuesta que hace
Marcha. La democracia en el Polo exige también dar las versiones completas de
sus debates y resoluciones. Sobresale que hay desacuerdos sobre este punto,
pero lo que se optó fue seguir discutiendo hacia el Congreso Nacional al final
de este año o comienzos del próximo.
Marcha Patriótica es
una realidad nacional que no se puede ignorar. Arrancó con fuerza como lo
registró el país en la inmensa movilización del pasado 23 de abril, como
en manifestaciones posteriores recientes de presentación de los comités departamentales
en varias capitales colombianas. Es un movimiento político y social, cuya base
fundamental son más de 2.000 organizaciones populares de todos los tamaños,
nacionales y regionales, que le dan un talante particular y lo convierten en
protagonista de primera línea de la lucha social y popular.
Decir que Marcha
Patriótica es una organización de la guerrilla es sencillamente repetir el
libreto de los militaristas y de la ultraderecha, que buscan repetir el
martirologio de la Unión Patriótica. Decir que a la Unión Patriótica la
exterminaron por el vínculo con las FARC, es tanto como justificar el asesinato
inerme de sus 5.000 militantes. A Jaime Pardo Leal, Manuel Cepeda Vargas,
Leonardo Posada, Miller Chacón, José Antequera, Bernardo Jaramillo, Teófilo
Forero, Mercedes Méndez y un largo etcétera, los asesinaron en la brega
política, no en un campo de batalla y en uso legítimo de un derecho
constitucional. Buscando la paz y la justicia social.
Marcha Patriótica no
reivindica las armas, ni hace la apología de la violencia, su apuesta es por la
paz, pero con democracia y justicia social, algo fundamental en la vida
política del país porque de la solución democrática y pacífica del conflicto,
dependen las garantías y los cambios que el país requiere. Es una opinión
diferente a los que desde la izquierda creen que los cambios democráticos en
Colombia se hacen mediante pactos con “burguesías nacionales” y en componendas
con el poder dominante. Sería bueno que un buen lector como el doctor Arango
leyera los documentos programáticos y declaraciones de Marcha que contienen sus
planteamientos medulares.
El debate en la
izquierda debe adelantarse de forma democrática, sin sectarismos ni odiosas
exclusiones, mucho menos con señalamientos que son peligrosos en un país con
tantos riesgos como el nuestro.
Atentamente,
Carlos A. Lozano
Guillén
Director de VOZ,
vocero de Marcha Patriótica y miembro
De la Junta Nacional
del PDA
“Una alianza con Marcha Patriótica haría al Polo inviable”: Carlos
Gaviria
El ex candidato
presidencial del Polo Democrático hizo un diagnóstico sobre la crisis del único
partido de oposición en Colombia y de sus debates. Habló de las elecciones de
2014 y del ex presidente Uribe.
Confidencial
Colombia: Hay sectores del Polo que quieren apoyar a Marcha Patriótica, ¿Esa
posición se va a consolidar en el partido?
Carlos Gaviria: En el
foro ideológico se discutió eso. Lo que uno no entiende bien es por qué si el
núcleo originario que aglutinó a las izquierdas es el Polo, surge un movimiento
que le vaya a competir. A no ser que ese otro grupo tuviera un propósito
distinto o diferencias profundas con el ideario del Polo.
Sería irresponsable
de mi parte decir que Marcha Patriótica está vinculada con las Farc. Lo que
sostengo es que se hacen hecho muchas conjeturas acerca de esa vinculación, que
se han hecho preguntas que no han sido respondidas de manera satisfactoria por
los representantes del movimiento, y que al Polo le ha costado mucho liberarse
de ese “San Benito” de que es un apéndice de las Farc.
Sostener esa alianza
lo hace un partido inviable. No solo nos quedaríamos sin ninguna opción de
poder, pondríamos en riesgo la existencia del partido mismo y la vida de sus
militantes y dirigentes. Sería repetir la parábola de la Unión Patriótica.
Para que la izquierda
sea fuerte tiene que haber un deslindamiento claro de la guerrilla y, en el
Polo, debemos ratificar claramente el segundo punto de nuestros estatutos,
donde se desecha la lucha armada como forma para resolver conflictos.
CC: En el lanzamiento
de Marcha Patriótica, Piedad Córdoba sostuvo que una vez las Farc dejaran las
armas serían bienvenidas en ese movimiento, ¿El Polo estaría dispuesto a lo
mismo?
CG: Si las Farc
firman la paz, bienvenidas al mundo de la política. Tendrán que decidir qué
harán políticamente, no necesariamente tendrán que vincularse al Polo. Al
interior del partido habrá que ver si es posible realizar alianzas con
movimientos que, ya desarmados, formen. Lo que tienen son posibilidades.
CC: Si el Polo
pretende representar a toda la izquierda democrática, ¿Por qué las luchas y
organizaciones campesinas están más cerca de movimientos como Marcha o Minga
que de su partido?
CG:El Polo tiene
mucha responsabilidad en eso. Se ha concentrado mucho en las ciudades y, algo
más, en Bogotá. No hemos trabajado las regiones, no las hemos podido penetrar.
Sabemos que tenemos
que hacer nuestra la causa campesina. ¿Qué sería de nosotros si desconocemos
que un partido izquierda debe trabajar por llevar condiciones de vida dignas a
los sectores que han sido históricamente marginados?
CC: ¿Qué diferencias
ve entre el Polo de hoy y el del 2006, cuando usted lo representó en la campaña
a la Presidencia?
CG: Entre esos dos
Polos hay una gran diferencia. En el 2006, el Polo logró aglutinar a todos los
sectores de izquierda, y varios de otros frentes democráticos, alrededor de mi
candidatura. Obtuvimos una votación cercana al 23% y nos convertimos en la
segunda fuerza política, por encima del liberalismo.
Después, ha habido
muchos acontecimientos que han menguado al partido. Tenemos que reconocer que
la fuerza del partido no es la misma de hace diez años. Eso no significa que
estemos acabados, lo que realmente significa es que tenemos un reto. Vamos a
reconstituir el partido, a consolidar la unidad. Hay que consolidarse de nuevo
como una opción de poder.
CC: ¿Es viable la
idea de Navarro de una gran alianza para el 2014 entre Progresistas, Polo,
Marcha e, incluso, los verdes?
CG: Es muy temprano
para eso. En este país los acontecimientos ocurren de una manera tan veloz que
hacer previsiones es temerario. Todo es muy incierto. No sé si en ese momento
se habrá firmado la Paz en Colombia.
Sí estoy seguro de
que habrá alianzas con el objetivo de enfrentar al proyecto de los doctores
Santos y Uribe, que es el mismo así hoy están distanciados. Creo que en la
lucha interna en los partidos que defienden el statu quo el más opcionado es Santos,
quien hoy tiene el poder. Y para enfrentar eso se necesitan alianzas.
CC: ¿Qué tan en serio
va el Puro Centro Democrático del ex presidente Uribe?
CG: Me hace recordar
un libro que se llama Escuela de dictadores de Ignazio Silone, donde se dice
que los partidos para desorientar a la opinión adoptan nombres que no tienen
nada que ver con sus propósitos. Este es un ejemplo. Que se llame Puro Centro,
cuando de centro no tiene nada, es realmente un movimiento de derecha que no se
atreve a decir su nombre. Y puede ser tan democrático como lo fue Uribe en su
gobierno.