sábado, 4 de agosto de 2012

LA MARCHA PATRIOTICA ES UNA REALIDAD



 ELESPECTADOR.COM

El Polo dice no a la Marcha          
Por: Rodolfo Arango
Es una lástima que los medios de comunicación hayan dado tan pobre cubrimiento al encuentro de tres días celebrado por el Polo Democrático Alternativo el fin de semana en Bogotá.

La conferencia ideológica preparatoria del congreso nacional fue un encuentro movido, con altos niveles de discusión y autocrítica. No existe en el país un partido más democrático que el PDA. La elección de delegados al congreso nacional, donde se decidirán las líneas programáticas, los cuadros directivos y las posibles candidaturas futuras, está próxima y las bases y distintos sectores del partido a nivel nacional se preparan para tomar democráticamente parte en ella.
La conferencia ideológica, encabezada por la presidenta del Polo, Clara López Obregón, y por el excandidato presidencial Carlos Gaviria Díaz, contó con la presencia de casi la totalidad de la bancada del partido en el Congreso. De manera franca, a veces descarnada, sin perder el optimismo pese al retroceso en el respaldo popular luego de la debacle del apoyo a Samuel, los presentes sometieron sus actitudes, actuaciones y desempeños a un duro examen crítico. Un proceso doloroso pero saludable. Atrás quedaron las arengas y los autoelogios. Primó un ambiente realista, con posiciones antagónicas y personas comprometidas con los principios y estatutos del único partido de oposición en Colombia.
El punto más álgido de la reunión lo puso Carlos Gaviria Díaz. Recordó el ideario del PDA y rechazó decididamente el apoyo del Polo a la Marcha Patriótica, no sólo por razones de principio, sino prácticas. El PDA ha sido y es un partido democrático que rechaza la violencia como medio para acceder al poder. Si el Polo apoyara la marcha, no siendo claros sus orígenes y propósitos, cometería el error histórico de arriesgar las vidas de sus integrantes en una posible reedición de lo sucedido a la Unión Patriótica y facilitaría la treta de los enemigos de la izquierda que igualan al PDA con la guerrilla. En política las apariencias son realidad, dijo. Tal error, pese a la buena voluntad de quienes ven con ingenuidad o simpatía la Marcha Patriótica, sepultaría definitivamente al Polo, echando por la borda los enormes esfuerzos de construir una izquierda democrática y respetuosa de un orden constitucional libre y democrático.
Que las Farc estén buscando pista de aterrizaje en el espacio político actual como alternativa a la guerra, y que ello sea altamente positivo y digno de saludar, no debe llevar al error de pensar, por exceso de generosidad o de romanticismo, que el lugar para ello sea el Polo. Mientras no renuncie al uso de las armas para perseguir sus objetivos, la izquierda opaca no tendrá posibilidad de llegar al poder. Depuestas las armas, firmada la paz y constituidas en partido o movimiento político, las antiguas Farc podrían convenir las alianzas que quieran con los partidos legalmente constituidos. En buena hora la sindéresis, la claridad y la honestidad se imponen sobre la incoherencia, la ambigüedad y la ligereza. Con este tipo de claras posiciones la izquierda democrática se consolida como un partido democrático, deliberativo, con verdadera vocación de poder.
Y es que una cosa es simpatizar y apoyar las ancestrales y legítimas movilizaciones indígenas y campesinas procedentes de lo profundo de ese país rural olvidado que es la mitad de Colombia y otra desconocer la tradicional instrumentalización que de algunas personas y grupos hacen los actores armados para perseguir sus fines en una guerra fratricida que tanto sufrimiento ha significado para todos los colombianos.


            
El Polo no le dijo NO a la Marcha, lo dijeron algunos de sus dirigentes
Carta de Carlos Lozano al Periódico el Espectador
2012-08-03
Oficina Prensa Marcha Patriótica
En Carta dirigida este jueves al diario el espectador, el periodista director del periódico VOZ, vocero de la Marcha Patriótica y Miembro de su Junta Patriótica Nacional, Carlos Lozano Guillen, hace referencia al artículo del columnista Rodolfo Arango en el que sugiere que el Polo le dijo no a la Marcha. Lozano expresa al respecto: "El Polo no le dijo no a la marcha, lo dijeron algunos de sus dirigentes, voces respetables, pero que no necesariamente expresan el sentimiento del partido"

Bogotá D.C. 2 de agosto de 2012
Periodista
Fidel Cano Correa
Director diario El Espectador

Apreciado señor Director:
El en el día de hoy, jueves 2 de agosto de 2012, el columnista de El Espectador, Rodolfo Arango, reconocido intelectual y a quien leo con respeto, decidió dar su propia versión sobre la Conferencia Nacional Ideológica del Polo Democrático Alternativo, reunida el fin de la semana pasada en Bogotá. Sugiere el doctor Arango que el Polo le dijo no a la Marcha Patriótica, sin embargo, en el texto explica es la posición del maestro Carlos Gaviria Díaz, respetable, por supuesto, pero que no es compartida por numerosos sectores del PDA, como fue evidente en el desarrollo del debate democrático.
El Polo no le dijo no a la marcha, lo dijeron algunos de sus dirigentes, voces respetables, pero que no necesariamente expresan el sentimiento del partido. Por el contrario, el comunicado final convoca a la más amplia unidad de la izquierda, en la idea que solo una convergencia de fuerzas avanzadas podrá ser opción de poder para conquistar la paz con democracia y justicia social. La misma propuesta que hace Marcha. La democracia en el Polo exige también dar las versiones completas de sus debates y resoluciones. Sobresale que hay desacuerdos sobre este punto, pero lo que se optó fue seguir discutiendo hacia el Congreso Nacional al final de este año o comienzos del próximo.
Marcha Patriótica es una realidad nacional que no se puede ignorar. Arrancó con fuerza como lo registró el país en la inmensa movilización del  pasado 23 de abril, como en manifestaciones posteriores recientes de presentación de los comités departamentales en varias capitales colombianas. Es un movimiento político y social, cuya base fundamental son más de 2.000 organizaciones populares de todos los tamaños, nacionales y regionales, que le dan un talante particular y lo convierten en protagonista de primera línea de la lucha social y popular.
Decir que Marcha Patriótica es una organización de la guerrilla es sencillamente repetir el libreto de los militaristas y de la ultraderecha, que buscan repetir el martirologio de la Unión Patriótica. Decir que a la Unión Patriótica la exterminaron por el vínculo con las FARC, es tanto como justificar el asesinato inerme de sus 5.000 militantes. A Jaime Pardo Leal, Manuel Cepeda Vargas, Leonardo Posada, Miller Chacón, José Antequera, Bernardo Jaramillo, Teófilo Forero, Mercedes Méndez y un largo etcétera, los asesinaron en la brega política, no en un campo de batalla y en uso legítimo de un derecho constitucional. Buscando la paz y la justicia social.
Marcha Patriótica no reivindica las armas, ni hace la apología de la violencia, su apuesta es por la paz, pero con democracia y justicia social, algo fundamental en la vida política del país porque de la solución democrática y pacífica del conflicto, dependen las garantías y los cambios que el país requiere. Es una opinión diferente a los que desde la izquierda creen que los cambios democráticos en Colombia se hacen mediante pactos con “burguesías nacionales” y en componendas con el poder dominante. Sería bueno que un buen lector como el doctor Arango leyera los documentos programáticos y declaraciones de Marcha que contienen sus planteamientos medulares.
El debate en la izquierda debe adelantarse de forma democrática, sin sectarismos ni odiosas exclusiones, mucho menos con señalamientos que son peligrosos en un país con tantos riesgos como el nuestro.
Atentamente,
Carlos A. Lozano Guillén
Director de VOZ, vocero de Marcha Patriótica y miembro
De la Junta Nacional del PDA


Agencia Prensa Rural
“Una alianza con Marcha Patriótica haría al Polo inviable”: Carlos Gaviria


El ex candidato presidencial del Polo Democrático hizo un diagnóstico sobre la crisis del único partido de oposición en Colombia y de sus debates. Habló de las elecciones de 2014 y del ex presidente Uribe.
Confidencial Colombia: Hay sectores del Polo que quieren apoyar a Marcha Patriótica, ¿Esa posición se va a consolidar en el partido?
Carlos Gaviria: En el foro ideológico se discutió eso. Lo que uno no entiende bien es por qué si el núcleo originario que aglutinó a las izquierdas es el Polo, surge un movimiento que le vaya a competir. A no ser que ese otro grupo tuviera un propósito distinto o diferencias profundas con el ideario del Polo.
Sería irresponsable de mi parte decir que Marcha Patriótica está vinculada con las Farc. Lo que sostengo es que se hacen hecho muchas conjeturas acerca de esa vinculación, que se han hecho preguntas que no han sido respondidas de manera satisfactoria por los representantes del movimiento, y que al Polo le ha costado mucho liberarse de ese “San Benito” de que es un apéndice de las Farc.
Sostener esa alianza lo hace un partido inviable. No solo nos quedaríamos sin ninguna opción de poder, pondríamos en riesgo la existencia del partido mismo y la vida de sus militantes y dirigentes. Sería repetir la parábola de la Unión Patriótica.
Para que la izquierda sea fuerte tiene que haber un deslindamiento claro de la guerrilla y, en el Polo, debemos ratificar claramente el segundo punto de nuestros estatutos, donde se desecha la lucha armada como forma para resolver conflictos.
CC: En el lanzamiento de Marcha Patriótica, Piedad Córdoba sostuvo que una vez las Farc dejaran las armas serían bienvenidas en ese movimiento, ¿El Polo estaría dispuesto a lo mismo?
CG: Si las Farc firman la paz, bienvenidas al mundo de la política. Tendrán que decidir qué harán políticamente, no necesariamente tendrán que vincularse al Polo. Al interior del partido habrá que ver si es posible realizar alianzas con movimientos que, ya desarmados, formen. Lo que tienen son posibilidades.
CC: Si el Polo pretende representar a toda la izquierda democrática, ¿Por qué las luchas y organizaciones campesinas están más cerca de movimientos como Marcha o Minga que de su partido?
CG:El Polo tiene mucha responsabilidad en eso. Se ha concentrado mucho en las ciudades y, algo más, en Bogotá. No hemos trabajado las regiones, no las hemos podido penetrar.
Sabemos que tenemos que hacer nuestra la causa campesina. ¿Qué sería de nosotros si desconocemos que un partido izquierda debe trabajar por llevar condiciones de vida dignas a los sectores que han sido históricamente marginados?
CC: ¿Qué diferencias ve entre el Polo de hoy y el del 2006, cuando usted lo representó en la campaña a la Presidencia?
CG: Entre esos dos Polos hay una gran diferencia. En el 2006, el Polo logró aglutinar a todos los sectores de izquierda, y varios de otros frentes democráticos, alrededor de mi candidatura. Obtuvimos una votación cercana al 23% y nos convertimos en la segunda fuerza política, por encima del liberalismo.
Después, ha habido muchos acontecimientos que han menguado al partido. Tenemos que reconocer que la fuerza del partido no es la misma de hace diez años. Eso no significa que estemos acabados, lo que realmente significa es que tenemos un reto. Vamos a reconstituir el partido, a consolidar la unidad. Hay que consolidarse de nuevo como una opción de poder.
CC: ¿Es viable la idea de Navarro de una gran alianza para el 2014 entre Progresistas, Polo, Marcha e, incluso, los verdes?
CG: Es muy temprano para eso. En este país los acontecimientos ocurren de una manera tan veloz que hacer previsiones es temerario. Todo es muy incierto. No sé si en ese momento se habrá firmado la Paz en Colombia.
Sí estoy seguro de que habrá alianzas con el objetivo de enfrentar al proyecto de los doctores Santos y Uribe, que es el mismo así hoy están distanciados. Creo que en la lucha interna en los partidos que defienden el statu quo el más opcionado es Santos, quien hoy tiene el poder. Y para enfrentar eso se necesitan alianzas.
CC: ¿Qué tan en serio va el Puro Centro Democrático del ex presidente Uribe?
CG: Me hace recordar un libro que se llama Escuela de dictadores de Ignazio Silone, donde se dice que los partidos para desorientar a la opinión adoptan nombres que no tienen nada que ver con sus propósitos. Este es un ejemplo. Que se llame Puro Centro, cuando de centro no tiene nada, es realmente un movimiento de derecha que no se atreve a decir su nombre. Y puede ser tan democrático como lo fue Uribe en su gobierno.